Temas cotidianos
Por Félix J. López Romero
Fuertes lluvias dejaron un saldo destructivo
En el pasado reciente fueron la tormenta “Manuel” y el huracán “Ingrid” quienes con sus fuertes lluvias, provocaron un desastre en la agricultura, justamente cuando los labriegos se disponían a levantar su cosecha de maíz y otros granos. Aparejado a lo anterior también cobró algunas vidas.
El pasado sábado y reciente domingo, se registraron fuertes chubascos, los que ocasionaron que algunos ríos, en los municipios de Atoyac, San Jerónimo, Coyuca de Benítez y Acapulco, se desbordaran inundando poblados situados a sus márgenes, cuyos moradores tuvieron que dejar sus hogares, ante el peligro de morir ahogadas que no fue el caso, porque los organismos de protección civil, actuaron con rapidez para evitarlo. El ejército mexicano por su parte, puso en operación su Plan DNIII que fue una gran ayuda en esos momentos críticos para cientos de familias.
Enterado el gobernador Héctor Astudillo Flores de lo que había ocurrido, se hizo presente en lugares en donde las lluvias ocasionaron los más graves daños supervisando lo ocasionado por las fuertes lluvias, las que destruyeron puentes, así como la carpeta el pavimento en algunos de sus tramos carreteros.
Contra los fenómenos de la naturaleza no se puede luchar, porque cuando menos se les espera aparecen con su estela destructora. En el presente caso las autoridades estuvieron prestas, en ir en auxilio de la población.
En el pueblo de La Sabana, municipio de Acapulco, debe mirarse la factibilidad de construir una presa, la que contribuiría a evitar las inundaciones que periódicamente le suceden.