* Persiguen hampones a León Robledo

* Libramiento a Tixtla: tierra de nadie

* Policía Federal de Caminos, nulidad

 

Jorge VALDEZ REYCEN

 

–Mi mujer rezaba a todo pulmón. Eso me dio fuerzas para controlar la camioneta a más de 160 kilómetros por hora por el libramiento a Tixtla…

–Eran dos sujetos, a bordo de una Jeep, Liberty, negra, que pretendían asaltarnos o hacernos daño.

Son las palabras de Jorge León Robledo, ex alcalde de Chilpancingo, que recuerda momentos aciagos de una espectacular persecución protagonizada por dos delincuentes a bordo de una Jeep, Liberty, color negra, a pocos kilómetros de la caseta de cobro del libramiento a Tixtla.

–Me echaron las luces altas, primero. Disminuí la velocidad y le dije a mi esposa que guardara la calma –recuerda.

Con una lámpara le hicieron señas de que detuviera la Nissan X-Trail que conducía el exalcalde capitalino. Lo hizo y el copiloto de la Liberty abrió la portezuela y sostuvo un diálogo con León Robledo. El piloto de la Jeep lo deslumbró otra vez con la lámpara y le respondió: “¡Ya, hombre!”.

El otro sujeto le tomó del brazo y le dijo: “Es una revisión, jefe”.

Entonces, León Robledo se zafó del hamponcete.

–¡¡Qué revisión ni qué la chingada!!

De un salto entró a su asiento. No había apagado el motor de la camioneta e imprimió velocidad. El factor sorpresa estuvo de su lado.

Llegó a los 160 kilómetros por hora y la Jeep atrás, con las luces altas, intentando sacarlo de la carpeta asfáltica.

–Le dije a mi mujer: ¡Agárrate fuerte y reza! Nuestra vida está en peligro.

–Padre Jesús, cuida de mis hijos. Ayúdanos, señor. No permitas que nos hagan daño. Y comenzó a implorar a Dios. Las plegarias y el rechinido de las llantas en las curvas, desataron la adrenalina en el torrente sanguíneo de León Robledo.

–No tuve miedo. Estaba indignado, molesto. No me voy a detener. Tomé dos curvas a 120… pasé un vado y dos cuadros que tenían cristal se rompieron en la cajuela. Mi mujer creyó que eran disparos, pero no hubo disparos.

La narración de este hecho criminal, que pudo haber terminado en tragedia, ocurrió sin que en los 15 minutos de persecución haya transitado alguna patrulla policiaca. Nadie.

–Antes de llegar a la última curva, que está próxima a la caseta de peaje de Tixtla, la Liberty apagó las luces… dejó de perseguirnos –recuerda León Robledo, en los peores momentos vividos junto con su esposa en estos tiempos de inseguridad.

La persona que estaba cobrando los 25 pesos fue notificada. Respondió, muy quitado de la pena, que lo mismo había sucedido una noche anterior con otro automovilista y el reporte se hizo hasta el otro día siguiente. O sea, más de 24 horas después.

La Policía Federal de Caminos brilló por su ausencia en sus labores de patrullaje. La Jeep, Liberty, negra, seguramente seguirá patrullando y atacando a víctimas. Operan con total impunidad, sabiendo que no hay policías…

León Robledo y su esposa están bien, con su familia.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.