* Vicario: 40 años de carrera política

* “Me deberían hacer un monumento”

* “He sido víctima de atentados”, dice

 

JORGE VALDEZ REYCEN

 

–Mi agenda debe tener la efigie de Leona Vicario –instruye a su secretaria.

De las paredes cuelgan varias fotos: una de ellas con Enrique Peña Nieto, alzando el pulgar. Otra con el comandante Fidel Castro Ruz, que lo abraza. Una más con Héctor Astudillo Flores.

Es  Héctor Vicario Castrejón, con sus casi 40 años de carrera política en Guerrero. Ha sido casi todo… menos gobernador.

–¡Eso me falta aún!

Vicario sonríe, a sus 53 años. Comenzó desde los 13, siendo un “cerillo” de oficina, un office-boy. Fue al lado de Febronio Díaz Figueroa, presidente municipal de Acapulco, cuando comenzó esta apasionada actividad que lo ha situado ya en el Senado de la República, en el Congreso de la Unión y en la Cámara de Diputados guerrerense varias veces, en distintas Legislaturas. Su “colmillo” es largo y retorcido.

La cita es vía Messenger. Y aunque no es propiamente una entrevista, sí una charla de amigos, de hermanos, de quienes se conocieron en distintas épocas. Desde don Rubén Figueroa Figueroa, al lado de doña Lucía Alcocer, luego con José Francisco Ruiz Massieu, con Rubén Figueroa Alcocer…

Vicario tiene dos fotos de la época de la Revolución del Sur. En una aparece el gobernador de Guerrero, Gral. Adrián Castrejón. Su pariente cercano, de Chaucingo. Otra donde está el Gral. Ambrosio Figueroa con el apóstol de la democracia, Don Francisco I. Madero. Son reliquias, en papel amarillento de los años, que ilustran su pasado y origen.

Habla de su paso como delegado de la Sedatu y refiere las recientes declaraciones de Jorge Carlos Ramírez, ex titular de la Sedatu en torno a la reconstrucción de las viviendas para damnificados y las más de 13 mil acciones de gobierno realizadas en la tarea de reconstrucción, tras el paso de los huracanes “Ingrid” y “Manuel” en el año 2013.

–Las empresas constructoras deberán de pagar los daños y resarcir todo. Hay una fianza que depositaron y se debe proceder conforme a la ley con toda energía. Yo tengo más de dos años que entregué la delegación de la Sedatu y estoy limpio de toda responsabilidad.

–Es más: creo que me deberían de hacer un monumento –afirma con fuerte dosis de quien está seguro de lo que habla.

Vicario Castrejón recuerda a don Reemberto Valdez Ortega, a quien en su juventud “me brindó su amistad y en algunas veces me invitó a comer, cuando yo no tenía dinero y era un estudiante muy pobre”. Recuerda sus frases: “la tecatilla… primero. Los chuchos… (el dinero)”. Siempre fue un personaje entrañable, querido y respetado por mi”.

En los casi 40 años de carrera, Vicario ha vivido en carne viva el fenómeno de la delincuencia. “Secuestraron a mi padre. A mi quisieron secuestrarme. Me incendiaron mis propiedades. Me he salvado de atentados contra mi vida, porque no he accedido a invitaciones de fascinerosos y delincuentes. Me han tratado de desprestigiar, de enlodar mi trayectoria”, afirma con cierta amargura.

El presidente de la Comisión de Justicia del Congreso local es parte de la Comisión Permanente y acude a las sesiones rigurosamente. No hay ausencias. Es un diputado que tiene una apretada agenda de audiencias, donde una veintena de hombres y mujeres lo esperan para saludarlo y hacerle peticiones.

Héctor Vicario Castrejón promete seguir la charla. “Contigo no es de hablar una hora… hay muchas cosas que debemos hablar y lo haremos más adelante”. Un abrazo sella la cita.

Nos leemos… SIN MEDIAS TINTAS.