* Otro gasolinazo

* El Divo del Noa Noa

 

Isaías Alanís

 

Se cierra otro capítulo de la República con el nuevo formato del informe y los funerales del Divo de Juárez, Juan Gabriel: cortina de humo institucional y aparente cierre del informe tradicional que el huey tlatoani de México daba desde el corazón de la pirámide política hace ya algunos sexenios.

El asunto del deporte ha quedado saldado, y Alfredo Castillo continúa al frente de la Conade; no hay castigo para los abigeos del sistema.

Al comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ochoa, lo separan del cargo que deja una estela de atrocidades en la PF, pero no se le fincan responsabilidades como sería lo más concluyente para borrar toda huella de que el Estado no está metido hasta las manitas en desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.

El gasolinazo de hoy es una prueba irrefutable de que el país seguirá fluyendo sobre un surtidor de alto octanaje social. Luis Videgaray (el que arremete con sus facciones contra las de Osorio Chong, y viceversa, el mejor posicionado para el 2018), anunció que el impuesto a la gasolina es para remendar el gasto corriente. O sea tras advertencia al bolsillo no hay engaño al consumidor. Y como ya vienen las fiestas patria: ¡Viva México!

El hachazo dado por Televisa a su ex ídolo de la patada Cuauhtémoc Blanco, al ventanearlo por su participación en la venta de personalidad para un partido político que le está sacando jugo a los ciudadanos de Cuernavaca y que manejan a la ciudad de la eterna primavera como si se tratara de un juego que se decidirá por tiros penales en el último minuto. Qué le queda a Blanco si se ponen las pilas los morelenses y lo echan de la alcaldía de Cuernavaca y meten al bote a su representante y al propio Blanco que cobró 7 millones por ser el candidato del PSD y 200 mil mensuales para sus gastos y el de su representante durante la campaña. Los usureros del PSD, contrataron al Cuau haciéndolo firmar que no cobraría por firmar balones a los cuernavacences si ganaba las elecciones. ¡Qué ignominia, qué lodazal, qué país¡ Y el INE, my dear Lorenzo Córdoba, ¿anda cazando “Chichimecas” que pelean por tierra y aguas como lo hizo Zapata y quieren a Graco fuera del palacio de Gobierno de Morelos?

Y en tanto se echan las campanas a vuelo por la muerte del nacido el 7 de enero de 1950 en Parácuaro, Michoacán, Alberto Aguilera Valadez, a los 66 años de edad y conocido en el mundo de la farándula como Juan Gabriel. Ya el estado presta Bellas Artes para un homenaje. Se prevé una guerra de las televisoras para homenajear al autor del Noa Noa, un cabaret donde inicio su trabajo como lavandero de las sexoservidoras y posteriormente como cantautor de alcurnia.

Mientras se prepara el sepelio de Juanga, un ícono que impulsó su preferencia sexual arrastrado por la homofobia al principio de su carrera y que una vez metido en el lagrimal de los mexicanos, se convirtió en una estrella del machismo de closet al usar prendas pastiche, en donde se mezcla el traje de charro con una moda transgénero en su vestuario personal cubierto de lentejuelas.

Pese a su popularidad, en 1985, uno de sus íntimos, Joaquín Muñoz, sacó a la luz el libro, “Juan Gabriel y yo”, que se podía adquirir en los puestos de periódicos y que hubiera sido un éxito de venta. En el interior del libro, había escenas de Juanga besándose con su novio en una alberca. Estas imágenes encabronaron a la curia, a la derecha y al autor de “Amor eterno” (una rola cursi, pero con exactitud literaria, articulada y figuras retóricas equilibradas que demuestran que Juanga, sabía su oficio), y el libro fue retirado de la circulación. Tengo un ejemplar.

A diferencia de otros creadores gays, Juanga rompió barreras y desató la complacencia heterosexual hacia su personalidad hibrida que, fuera y dentro de cámara, las volvía locas y locos.

Como creador de música popular, Juanga está con la debida proporción, en la línea de José Alfredo, Agustín Lara, Rubén Méndez, autor de la Bikina, y Armando Manzanero, por nombrar a unos cuantos; sus letras son de lugar común pero bien escritas, y su desparpajo corporal, sus movimientos feminoides con un semi “vestido de charro”, iluminaron el oscuro cuerpo del deseo del “ser de lo mexicano” que lo hicieron tan popular y querido por “todas y todos”.

Recuerdo con pasmo cuando en el Patio –antes de la era Juanga—, el cantante español Rafael contoneaba las caderas, movía su boca, entornaba sus ojos con movimientos ostensiblemente femeninos; hombres subidos en su mesa con la corbata arrancada por el eros alterado del champagne, le lanzaban flores, lo coreaban y en aquel aquelarre de música, olor a tabaco, sobaco y represión, flotaba en el ambiente la caída y resurrección del mito del macho mexicano.

La muerte del divo embona con el cambio de formato del informe presidencial planeado para atraer a los jóvenes cibernautas que representan un alto porcentaje como posibles votantes. Lo curiosos es que el Ejecutivo ya no informa al Poder Legislativo y Judicial.

 

El formato es una tramoya montada por los encargados de medios de la Presidencia. Así como el PROGRESA (Prigresa), está enfocado a los jóvenes de México, con el 05 de su credencial de elector podrán acceder a créditos a la palabra y a fondo perdido. Una telaraña de coordinadores, asesores recorren cada entidad pobre del país, en ciudades urbanas de alta marginación con la promesa del 05.

¿El informe es un ejercicio encubierto cuyo objetivo es alinear a los cibernautas, la mayoría narcisistas, sin partido y ciber críticos?

¿Realmente los 300 jóvenes que interactuarán con Peña, que ha cumplido 61 de sus 266 compromisos, son dóciles o elegidos entre los 23 millones de chavos rebeldes que no pertenecen a la generación Juanga, sino a la de Steve Jobs, Pokemon y no les interesan los partidos políticos?