Temas cotidianos
Por Félix J. López Romero
Subir todo una perversa costumbre
La pobreza en la que vive una alta parte de la población, parece ser el común denominador de ella, porque desde el mismo gobierno se ejercen políticas, las que conllevan a la búsqueda de tener unas finanzas sanas, en tanto los contribuyentes la manera desesperada de cumplir con sus obligaciones.
Se ha vuelto costumbre que la paraestatal Petróleos Mexicanos, anuncie periódicamente alzas en las gasolinas y el gas, para que sus finanzas continúen sanas. Mientras México vende ambos productos, a precios menores que en el mercado internacional, aquí se le exprime lo que se traduce que los pobres se vuelvan más, sin redención de poder mirar mejores días.
Hace algunos días la asociación de tortilleros y maseros, elevaron de manera unilateral sus productos, tratando de justificarlo por el alza en el gas y la electricidad. Hasta ahora nadie ha sido sancionado, porque la Procuraduría Federal del Consumidor parece no existir.
Ante la inoperancia de esa dependencia, desde el pasado lunes de la presente semana, permisionarios del transporte urbano, tanto de esta ciudad como el puerto de Acapulco, aumentaron el precio del pasaje en un veinte por ciento, sin que hasta el momento nadie haya sido castigado, mucho menos retirarle la concesión respectiva.
El director de la Comisión Técnica de Transportes, Miguel Ángel Piña Garibay, al conocer lo anterior se concretó a manifestar, no existe autorización para elevar la tarifa en un 20 por ciento, como lo están llevando a cabo choferes del transporte urbano, que solo hacen lo que les mandatan sus patrones.
La gasolina es parte del andamiaje de la economía nacional. Así que palo dado ni Dios lo quita.
En lo que se refiere al aumento en el pasaje urbano, que es de un 20 por cientos sobre la actual tarifa, el gobernador Héctor Astudillo Flores declaró no estar autorizado; en consecuencia lo realizado será sancionado como lo determina la ley.