La distancia no significa lejanía

Cuarta parte

 

SADYHEL ASTUDILLO

 

Seguimos con las colaboraciones que están creadas con la intención de ser una dedicatoria y agradecimiento a ellas, a esas mujeres que han influenciado de manera positiva mi paso por la vida. Y sé que, como en mi caso, ustedes lectores también tienen personas especiales en su vida con las que se sentirán identificados al leer la presente.

Para no perder la tradición, se incluye un breve resumen de las anteriores entregas: comenzamos con las madres, encargadas de nuestras primeras enseñanzas básicas de lenguaje e interacción con más seres vivos. Seguimos con la educación básica y las maestras, con quienes nos acostumbraremos a dedicar nuestras mañanas -o tardes según sea el turno- a la escuela y el estudio, aprendiendo lo básico para seguir adelante con lo académico. Posteriormente, en la secundaria, nos adentraremos un poco más en cada una de esas materias que conocimos en la primaria, también comenzaremos a interactuar más con nuestros compañeros y, nuestra personalidad y gustos comenzaran a surgir para encaminarnos hacia el tipo de persona que queremos ser.

Y bien, ahora como todos ustedes se imaginan y como cronológicamente se debe seguir, nos adentraremos en el nivel medio, la preparatoria. También para este caso, como en anteriores y futuros textos, tendré que hacer mención de mi experiencia personal en esta etapa: En mi caso, el paso de la secundaria a bachillerato, no significó únicamente un cambio de plantel si no también un cambio de residencia. Debido al interés de mis padres de que, con cada grado académico siguiera superándome, optaron por inscribirme en la preparatoria Benito Juárez de la ciudad de Puebla, por suerte para mí, mi hermana ya se encontraba en ese estado, así que no me quedé completamente solo al trasladarme de Chilpancingo a Puebla.

La preparatoria es un momento clave para nosotros, es el parte aguas; pasamos de ser adolescentes a jóvenes, nuestro carácter y visión personal deben de estar consolidados ya que, terminando con esta, debemos elegir nuestra carrera o profesión y como todos bien sabemos, esta decisión nos va a acompañar por el resto de nuestros días.

Por ello, durante esta etapa debemos de estar lo más equilibrados posible, debemos de estar organizados y preparados para lo que se nos viene. Debemos de disfrutar nuestros últimos años como un menor de edad y también irnos preparando para todas las responsabilidades que conllevan ser universitario y una persona mayor de edad.

Debemos de aprovechar cada una de las tardes libres que compartimos con nuestra familia y con los amigos y también dedicarnos al correcto estudio para que en la universidad no se complique el aprendizaje. Debemos de preocuparnos por terminar correctamente la preparatoria y también de concentrarnos en el examen de admisión de la universidad. Como dije debemos de llevar todo el equilibrio posible para no arrepentirnos de nada.

Aunado a lo ya mencionado y retomando lo anterior, estoy seguro de que entre ustedes lectores se encuentran algunos que ya finalizaron sus estudios universitarios o se encuentran actualmente cursándolos y como en mi caso, quizá no los realizaron en la ciudad donde nacieron, por tanto, entenderán que las primeras experiencias fuera del hogar y fuera del estado que conoces, suelen ser bastante difíciles de sobrellevar. El no conocer las calles, no tener una cara familiar, no tener –por lo menos en primera instancia- un tema común para platicar, complica el comenzar a crear lazos con los nuevos conocidos.

Y es por ello que agradezco a mi hermana Aline por todo lo que en aquel entonces, anteriormente y hoy en día sigue haciendo por mí.

Porque gracias a ella no me sentí solo a pesar de no estar en casa, tenía siempre una cara familiar y amigable todos los días al regresar de la escuela y sumado a ello, me ayudó en todo lo posible en lo escolar, personal y social mientras estábamos juntos.

Recordemos lo ya dicho, que en esta etapa de la vida, todo el apoyo, consejos y experiencias serán siempre bien recibidos; quedará en nosotros saber aprovecharlos y darles un buen uso, para mi suerte yo conté con mi hermana.

Muchas gracias por todo ello hermana, sabes que te amo y en forma de agradecimiento te dedico esta participación.

 

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