* Antonia Morales, del grupo radical del magisterio disidente, dijo que el gobierno federal pretende imponer “a sangre y fuego” la Reforma Educativa
Gilberto Guzmán
La dirigente de una fracción de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), Antonia Morales Vélez, aseguró que ante “la represión” contra profesores de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Oaxaca, registrada el domingo con un saldo de 6 muertos y más de 50 heridos, hay temor de que en Guerrero haya acciones similares para frenar las acciones en contra de la Reforma Educativa.
En entrevista, dijo que el magisterio disidente hace responsable a los tres niveles de gobierno de cualquier acto represivo, porque el gobierno federal está empeñado en imponer la reforma “a sangre y fuego”.
Afirmó que el magisterio de todo el país se encuentra indignado y la CNTE está de luto ante la barbarie que se cometió en Oaxaca contra los profesores que protestan en contra de la Reforma Educativa.
“Donde se dio la represión más encarnizada fue en Nochixtlán, se cuentan 6 muertos reconocidos y tenemos otros que no han sido identificados, este nefasto gobierno no le permite, violando todos los derechos humanos, no permite que en el hospital pudieran ser atendidos las decenas y decenas de heridos, acordonaron ellos el hospital y solo permitieron que les dieran atención a los policías”, denunció.
Antonia Morales dijo que no es posible que el gobierno federal pretenda imponer la Reforma Educativa “a sangre y fuego”, esto a pesar de que maestros de la Sección 22 radicalizaron sus acciones de protesta de la Reforma Educativa y bloquearon durante varios días las carreteras principales, ocasionando desabasto de combustible y víveres para la población en general.
Rechazó las versiones oficialistas que acusan a los profesores y ciudadanos de haber disparado contra los policías, “es mentira, porque hay videos donde se ve claramente cómo los policías están disparándoles a nuestros compañeros y a la sociedad de Nochixtlán”.
Reiteró que los sucesos del domingo son tan aberrantes “porque iban médicos, enfermeras a prestar auxilio al pueblo, y como no les dejan entrar al hospital, los estuvieron atendiendo en una Iglesia y pusieron retenes donde no les permitieron, violando todas las garantías habidas y por haber, a los médicos, a las enfermeras llegar a Nochixtlán, para poder apoyar a los compañeros que estaban heridos y por eso hubo otros decesos”.
La dirigente manifestó que si el presidente Enrique Peña Nieto y su Secretario de Educación, Aurelio Nuño, pretenden que con encarcelar a los dirigentes, como lo hicieron con el Secretario de Finanzas de la Sección 22, posteriormente el Secretario General y el Secretario de Organización, así como a una compañera de la Comisión Política de la Sección 22 de Oaxaca, van a detener el movimiento, no es así.
Detalló que en la represión en Nochixtlán hubo disparos desde el aire contra gente que no tenía armas, balas de goma, gases lacrimógenos, gases pimienta, incluso hacia el interior de las casas, “tenemos comunicación con nuestros compañeros y nos cuentan hechos que de verdad son indescriptibles”.
Suscribió el llamado de la CNTE al magisterio disidente a estar en alerta máxima ante los hechos represivos.
Explicó que en Guerrero ya se había acordado que los profesores regresaran a las aulas y turnarse para participar en las actividades según el turno en el que laboran, pero ante lo ocurrido en Oaxaca van a reorganizar el plan de acción.
Afirmó que ante los hechos represivos en Oaxaca, “hay temor en Guerrero, porque vemos que este nefasto gobierno no se tienta el corazón, porque si en Oaxaca golpearon, tenemos heridos, niños, mujeres, ancianos, no se van a tentar el corazón, ellos tratan de echar a andar esta reforma a sangre y fuego”.
Sin embargo, aseguró que el magisterio disidente no se quedará de brazos cruzados:
“No podemos cruzar los brazos por el miedo, porque sabemos que ellos le temen a los padres de familia, le temen a la sociedad, de que la sociedad esté respondiendo, de que los padres de familia estén respondiendo aún con todo la sarta de mentiras que ellos están diciendo y que ellos dicen que no es cierto que no es una reforma laboral, que la reforma es educativa y que la reforma es para mejorar la educación”.
“Si fuera así –agregó-, no estarían gastando millones y millones de pesos en policías, en transporte y en hoteles donde se hospeda esta gente que viene a lastimar al pueblo mexicano”, concluyó.