Jorge VALDEZ REYCEN
* Astudillo cita a Gandhi ante jóvenes
* Xavier Olea decepciona como Fiscal
* Macrotúnel: la obra de Carlos Slim
El silencio era total. Las palabras de Héctor Astudillo Flores eran escuchadas con atención por cientos de jóvenes emprendedores, el futuro generacional de la clase empresarial guerrerense.
La cita de Mahatma Gandhi era enseñanza, en palabras sencillas, comprensibles y simples de grandeza humana y espiritual.
Astudillo compartió con quienes lo escuchaban un tuit enviado a su celular por un amigo suyo.
Las palabras del hombre inspirador de la no violencia, que derrocó al colonialismo del imperio británico en la India y logró la independencia de ese país, eran un manantial de sabiduría que abrevaron los chavos y chavas y los no tan chavos de la administración pública federal y estatal.
No es común que un gobernador haga citas de personajes de la historia contemporánea, como Gandhi, pero Astudillo rompió moldes y se mostró como un político con tintes de estadista, poseedor de una vocación humanista.
Los jóvenes emprendedores de negocios, reunidos en el Forum del Mundo Imperial de Acapulco, tuvieron una lección de vida.
De eso se trata: es la forma y fondo de hacer gobierno, expresó Astudillo Flores. Y sonrió para sus adentros, con una expresión de quien está haciendo bien su trabajo.
En Guerrero hay casos que van a contrapelo de las citas que hace Astudillo evocando la grandeza de Gandhi.
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Xavier Olea Peláez, el Fiscal General del Estado, es un caso de ausencia de malicia en el servicio público. Su candidez, contrasta con la responsabilidad que ostenta por mandato constitucional. En cuatro décadas de ejercicio periodístico, no he perdido aún la capacidad de asombro ante declaraciones francamente tontas, dislates y exabruptos emitidos por quien en teoría debería usar un léxico comprensible y atender con claridad sus atribuciones como servidor público.
Olea Peláez declaró que no hay ninguna denuncia contra nadie de la CETEG por daños, ni por hechos delictivos atribuibles a los dizque mentores disidentes que han quemado sus naves de la cordura y naufragan en la violencia. Pero a decir de Xavier Olea, nadie los acusa, ni la FGE actúa como órgano investigador del delito. Es insólito.
Ante los ojos de cualquier persona que presenció los recientes hechos violentísimos del magisterio disidente como se les llama a los cetegistas, la FGE y el propio Olea Peláez quedan anclados en el pasado y se hunden en la desconfianza y el descrédito del ciudadano común.
El propio Astudillo hizo un balance certero del grave deterioro que sufren las instituciones en materia de seguridad y procuración de justicia, pero con las declaraciones del fiscal Olea Peláez de que nadie tiene denuncias, ni es investigado por hechos presumibles de ilícitos, francamente queda un mal sabor de boca.
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Contraste es la obra multimillonaria que el hombre más rico de México y uno de los más pudientes del mundo, Carlos Slim Helú, hace en Acapulco de la mano del gobierno del estado. El macrotúnel es una obra portentosa de ingeniería que marcará historia. Astudillo nos invitó al recorrido de supervisión y me preguntó que qué me parecía. Exclamé una frase espontánea: “Está de poca madre”…
En el año 2008 redacté una carta y la publiqué en un periódico de Acapulco, dirigida al ingeniero Carlos Slim Helú. En ella le pedía voltear a ver a Acapulco, invertir en esta tierra generosa, cálida y mágica que asombra a los visitantes y los cautiva. Slim olfateó los negocios y el exgobernador Ángel Aguirre Rivero lo sedujo para invertir parte de su inmensa fortuna en el puerto. Ese macrotúnel es producto de esa amistad entre Aguirre y Slim.
Hoy, Astudillo, con inteligencia y astucia, retoma lo que institucionalmente corresponde al gobierno hacer y allanar el camino de la culminación de esa magna obra, sin mezquindades ni pruritos de los famosos ísmos sexenales. Es Guerrero y Acapulco, punto.
Nos leemos mañana… SIN MEDIAS TINTAS.