Por Félix J. López Romero

 

Radicales actos de violencia de cetegistas

 

La tolerancia del gobierno para poner freno, a las numerosas tropelías cometidas por maestros cetegistas, han arrojado como consecuencia la realización de múltiples actos de desestabilización social. Una de sus últimas tropelías fue saquear la oficina de Correos, a donde ocurrieron para apoderarse de notificaciones enviadas a maestros cesados; además paralizaron las labores de dos bancos en la plaza cívica, lo que ocasionó justas protestas de cuenta-habientes, que se vieron impedidos a realizar diversos trámites.

El paro magisterial tiene su origen, en el rechazo que cetegistas han mostrado a la reforma educativa, que según la SEP tiene como propósito ofertar una mejor calidad en la enseñanza, efectuándose para el caso evaluaciones para lograrla. Si realmente fuera contraria a los intereses del magisterio, no hubiera sido aprobada por la inmensa mayoría de estados del país.

Quienes la han rechazado son por desgracia los estados con mayor índice de analfabetismo, como éste, Oaxaca y Chiapas, quienes con actos de violencia han demostrado su rechazo a lo que se desea implantar, como fácilmente puede advertirse.

La protesta es un acto legal; lo que no lo es son los actos de primitiva barbarie, mediante los cuales buscan revertir lo que ha sido aprobado, queriendo deslegitimarlo con acciones violentas. Hace años cuando diversos grupos pretendieron desquiciar al país, fueron reprimidos enviando tras las rejas a sus principales alentadores; debe volverse a tan dolorosa práctica, si se desea la tranquilidad y prosperidad; en tanto la Comisión de Derechos Humanos debe defender al agredido, no al agresor.