* Un año después de encabezar irrupción armada en Chilapa, José Villanueva, comisario de Xiloxuchican, aseguran que ya tienen seguidores en 70 comunidades de 3 municipios de la Montaña baja
* “Ya se detuvo el problema de la inseguridad y de la violencia en nuestros pueblos, pero la solución no llegó gracias a las autoridades, porque quien hace las cosas malas sigue vivo y libre”, asegura
ALONDRA GARCÍA
CHILAPA.— La paciencia y el miedo tienen límite. Para los habitantes de la zona rural de Chilapa el límite llegó hace un año, un 8 de mayo de 2015. Ese sábado por la tarde tomaron las armas y se decidieron a luchar contra el cártel de ‘Los Rojos’.
Con los últimos rayos del sol, más de 300 hombres armados y encapuchados provenientes de diversos pueblos ingresaron a la cabecera municipal de Chilapa. Llegaron en camionetas de redilas y urvans del servicio público. Nadie se lo esperaba. Desarmaron a los policías municipales y lograron la destitución del secretario de Seguridad Pública.
La consigna era capturar a Zenén Nava Sánchez, alias ‘El Chaparro’, jefe de plaza del cártel de ‘Los Rojos’, organización delictiva a la que responsabilizan de la desaparición de al menos 30 personas y decenas de asesinatos ocurridos en esa zona.
Los civiles armados encabezados por comisarios implementaron operativos, recorrieron las calles y detuvieron a supuestos “halcones” que estaban al servicio de ese grupo delictivo.
También se confrontaron con el Ejército y las policías Federal y Estatal, a quienes acusaron de incompetentes por no ser capaces de garantizar la seguridad en Chilapa.
Durante cinco días, Chilapa estuvo sitiada por los hombres armados. El 14 de mayo, los comuneros se retiraron después de negociar con autoridades estatales y federales. La promesa fue que buscarían a sus 30 desaparecidos.
Un año después, los desaparecidos no aparecen. Ninguno.
Hoy, las consignas de quienes ahora son Pueblos Unidos por la Paz y la Justicia, son las mismas que hace 365 días: Combatir a ‘Los Rojos’ y encontrar a sus víctimas.
Un año de expansión
La autodefensa inició hace un año con 300 habitantes de las comunidades de Acalco, Juxtlahuaca, Ayahualulco, Vista Hermosa, Cuauhtenango, Tlamixtlahuacan, Cuauhtzingo, Matlala, San Pedro, Jaguey, Xiloxuchican, Zacazonapa, Colotepec, San Ángel y Atenxoxolo.
Los comisarios trabajaron en el proyecto y crearon, ante notario público, una organización a la que llamaron Pueblos Unidos por la Paz y la Justicia.
Actualmente el proyecto cuenta con 850 policías comunitarios, debidamente credencializados, en 70 pueblos de los municipios de Chilapa, Zitlala y Ahuacuotzingo.
José Apolonio Villanueva Jiménez es comisario de Xiloxuchican, fundador de la autodefensa y presidente de los Pueblos Unidos por la Paz y la Justicia.
En entrevista con El Sol de Chilpancingo, aseguró que la autodefensa sigue viva y que está fortalecida.
Explicó que el movimiento estuvo alejado de la escena pública durante casi un año, tiempo en el que trabajaron para mejorar las condiciones de seguridad en sus localidades.
“Ya se detuvo el problema de la inseguridad y de la violencia en nuestros pueblos, pero la solución no llegó gracias a las autoridades, porque quien hace las cosas malas sigue vivo y libre”, recriminó Villanueva Jiménez, en referencia a Zenén Nava Sánchez, alias ‘El Chaparro’, jefe de plaza del cártel de ‘Los Rojos’.
Recordó que hace un año, cuando irrumpieron en Chilapa, ‘El Chaparro’ se comunicó con él por teléfono para negociar.
El trato fue el siguiente: El jefe criminal les entregaría los cuerpos de los 30 desaparecidos y a cambio, la autodefensa saldría de la cabecera municipal de Chilapa.
En su edición del 6 de junio de 2015, El Sol de Chilpancingo documentó la siguiente declaración de Villanueva Jiménez:
“El 21 de mayo, ‘El Chaparro’ me habló por teléfono como a las 6:30 de la mañana y me dijo: ‘yo sé que hice un compromiso contigo y para que veas que tengo palabra, ahí están tres difuntitos por si los quieren enterrar. Están en un callejón de Nejapa’. Me dijo que fuera y que los iba a encontrar antes de llegar al panteón, en una carretera sin salida, ahí donde termina hay una zanja. Me dijo: ‘ahí están enterrados tres encobijados que son de por allá de tus pueblos, por si los quieres’. Así que fuimos por ellos”.
Pero ninguno de los muertos era de la zona rural de Chilapa.
Villanueva Jiménez cambió su número de celular. Ya no quería recibir llamadas de ‘El Chaparro’. No era una persona de fiar con la que pudiera hacer tratos. Además, según cuenta, comenzó a recibir llamadas de extorsión.
Un año después de esos hechos, el comisario afirma que no hay diálogo con ‘El Chaparro’ y que tampoco les interesa, y advierte que si bien han perdido la esperanza de encontrar a sus 30 desaparecidos, la intención ahora es evitar que desaparezcan más personas.
Por este motivo, la autodefensa se extendió a Zitlala, donde ya cuentan con 460 policías comunitarios.
En ese municipio también pesa el rigor de ‘El Chaparro’ y del cártel de ‘Los Rojos’
Apenas el martes 3 de mayo, la esposa de un policía comunitario fue “levantada” en esa cabecera municipal. A cinco días del hecho, nadie se ha comunicado con la familia para exigir el pago de un rescate.
Para Villanueva Jiménez, la desaparición de la mujer es obra de ‘El Chaparro’. Por ese motivo, la noche del martes ingresaron a Zitlala más de 300 policías comunitarios, con la intención de rescatarla.
Una vez más, la autodefensa se confrontó con el Ejército y la Policía Federal, quienes bloquearon las labores de búsqueda.
La mujer, de 30 años de edad, continúa desaparecida.
Pero en los pueblos de la zona rural, donde opera la autodefensa, la situación es distinta. “En nuestras comunidades la situación ha cambiado mucho”, presume el comisario de Xiloxuchicán, “ya no hay secuestros, ya no hay matanzas, todo está controlado. Allá ya no hay robos, ya no hay asesinatos. Hay orden, hay respeto”.
Prueba de ello, indica, es que las empresas refresqueras y cerveceras volvieron a las comunidades, y también regresaron los comerciantes de Chilapa, quienes llegan a los pueblos con víveres, ropa y demás productos.
“Ellos van porque saben que nosotros no podemos ir a Chilapa. Ellos llevan cosas a vender, son muchos comerciantes”, destaca Villanueva Jiménez.
Y es que desde la irrupción armada hace un año, los habitantes de la zona rural no pueden visitar la cabecera municipal.
Durante los cinco días que sitiaron Chilapa, al menos 60 personas desaparecieron y los comuneros se ganaron el mote de “narco comunitarios”. Incluso se les acusó de ser el “brazo armado” del cártel de Los Ardillos, grupo criminal contrario a ‘Los Rojos’.
Villanueva Jiménez asegura que no pertenecen a ningún grupo criminal y que tampoco reciben financiamiento de ‘Los Ardillos’.
Respecto a los desaparecidos de Chilapa, aclara que ellos no se los llevaron. Incluso maneja una hipótesis sobre lo que pasó con ellos: El cártel de ‘Los Rojos’ aprovechó esos días para “levantar” a personas involucradas en el narco y que la culpa recayera sobre la autodefensa.
De lo único que hay certeza, es que hoy se cumple un año de la irrupción armada a la cabecera municipal de Chilapa, movimiento que dio origen a la Policía Comunitaria de los Pueblos Unidos por la Paz y la Justicia.
“Y no vamos a parar en nuestro movimiento. En nuestros pueblos las cosas ya están en paz”, advierte el comisario de Xiloxuchicán.