¿Se salvará Evodio?
Por Felipe Victoria Zepeda
Perdonarán lo ecuestre del estilo de abordar el tema, pero imagínense que en los hipódromos pusieran sobre la pista a los caballos pura sangre de carreras, sin entrenamiento previo ni jinete que los guiara; chocarían unos con otros y ninguno llegaría al final con éxito ni ileso.
En el hipódromo político de Acapulco, una ligera mayoría de electores prefirió hacer la prueba con el brioso candidato que las tribus y corrientes perredistas pusieron a competir contra los del PRI, con Terán Porcayo, el PAN con el experimentado Zeferino Torreblanca, Movimiento Ciudadano con Víctor Jorrín y el Verde Ecologista con el también joven Jacko Badillo.
Necesario recordar que en 1999 el partido del sol azteca les quitó Acapulco a los del PRI por tres periodos: con el externo Torreblanca y los genuinos perredistas López Rosas y Salgado Macedonio, pero a finales del 2008 regresaría con todo el ex alcalde tricolor Manuel Añorve Baños, que impuso dos interinatos con Pepe Ávila y Verónica Escobar.
Los acapulqueños quisieron entonces probar con Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) que candidateó por cuarta vez a Luis Walton Aburto y les ganó a los demás en 2012, pero en la recta final dejó de interino a Luis Uruñuela Fey, porque compitió por la gubernatura contra Héctor Astudillo y Beatriz Mojica.
Así las cosas, los electores en 2015 se inclinaron por el brioso Evodio Velázquez Aguirre, porque no les quedaron ganas de tener otra vez un alcalde priísta y el empresario del ecologista no reunió las simpatías suficientes aritméticamente, pero ya se entrena para el 2018.
Podría calificarse de meteórica y corta la carrera política de Evodio, de diputado federal se bajó a local y luego a secretario general del PRD en Guerrero; duro para la contienda, pero sin experiencia administrativa ni trayectoria en trabajos de oficina dirigiendo equipos, que no es los mismo que pasarse gritando y denostando a gobiernos de otros partidos, porque eso cualquiera lo hace.
Para colmo de Evodio, tuvo que asumir la alcaldía atiborrado de presiones de grupos, tribus y corrientes que le exigieron posiciones estratégicas y por consecuencia los cabecillas no gustan de obedecer su batuta como si fueran una orquesta, y cada quien toca al ritmo que quiere y entonces no hay armonía.
Comenzó en octubre pasado faltándole un buen entrenador y un jockey experto que lo guíe en la azarosa carrera de obstáculos. Los pocos amigos personales que logró incorporar al equipo en el Ayuntamiento, de poco le sirven por su inexperiencia, unos, y por su voracidad, otros; sin idea clara de la función pública y entonces la nave sin brújula se le zangolotea al alcalde.
El faraónico manejo torpe de su imagen fastidia a lugareños y lo exhibe ante el resto del país, que no tienen por qué chuparse el dedo embarradito de atole barato, y desde fuera y lejos, la perspectiva es muy distitnta; ni se diga la Federal de Bucareli, SEDENA y SEMAR, que lo tienen en mal concepto y de plano ya en la mira, pues si algo manejan es información de inteligencia y conocen de qué pie cojea, y a la clase de indeseables que lo rodean y presionan con el cumplimento de tratos en campaña que no ha podido ni podrá cumplir.
Una cosa es que por imagen del sistema no quisieron hacer quedar mal los esfuerzos disque coordinados interinstitucionalmente, que han resultado un caro fiasco en cuanto a seguridad de veras para todos, y otra el malestar y sicosis por miedo de los habitantes que por fuerza andan pensando ya en otra clase de remedios primitivos, pues los malosos ya no respetan ni la franja turística blindada, ni las playas, por muy “aislados” que quieran calificar algunos hechos.
Evodio Velázquez no tiene la culpa de que las mañas se ajusten cuentas cortando vidas ni quemando negocios, pero sí será responsable si no hace lo que esté a su alcance para ponerle un freno al des…barajuste.
Es secreto a voces donde está la raíz del mal. Desde las elecciones del 2005 en que arribó la narcoviolencia a Guerrero ningún alcalde se ha librado de la pesadilla de tener una policía municipal insuficiente, deficiente, coyona y voraz, esclava de la ley de plata o plomo.
No se debe seguir disimulando ni tolerando que los agentes de la ley y el orden sigan queriendo mamar y dar de topes, ni que las autoridades pretendan chiflar y comer pinole al mismo tiempo.
Mecanismos legales los hay para controlar la conducta de la policía, pero ha faltado voluntad política para meter en cintura a los malos policías que denigran el esfuerzo de los honestos, cumplidos y valientes elementos, que sí existen en Acapulco y Guerrero.
No deben ponerse de rodillas y meter la cabeza en la arena como las avestruces, tampoco hacerle al tío Lolo con declaraciones ocurrentes que irritan a los lugareños que sufren la realidad verdadera.
Si Jesús Evodio Velázquez Aguirre aún piensa en poder reelegirse en 2018 para su proyecto en 2021, es urgente que recapacite y enderece el rumbo, que se consiga un mánager experto que coordine a sus subalternos indisciplinados y les muestre el camino correcto.