* Un acercamiento al desarrollo urbano 1

 

Isaías Alanís

 

En México, este aspecto vital para el desarrollo de las ciudades y el respeto a los bosques, cuerpos de agua y zonas de reserva ecológica ha sido sobre explotado, desordenado y hundido en un simple redactar leyes que no se cumplen y que han logrado colocar al país en graves problemas humanos, económicos, ambientales, de convivencia, delincuencia y movilidad.

Los orígenes de esta bipolaridad urbana tiene raíces profundas; los conquistadores construyeron sobre los templos y edificios civiles sus iglesias, palacios, ayuntamientos y casas. La traza impuesta respetó en ocasiones la existente, en otras fue borrada y se impuso la traza reticular europea.

Con la conquista vino la evangelización y la construcción de catedrales sobre las pirámides y los hombros de los conquistados.

Encima de las ruinas de una civilización se erigieron los edificios y las casas de los nuevos pobladores. Las leyes de Indias dictaron los lineamientos urbanos y económicos. Se levantaron centros urbanos con influencia europea en su traza y estilo arquitectónico. Se lotificaron zonas agrícolas y nada más. Desde entonces se arrastra una falta de planeación para el desarrollo rural y los centros urbanos avanzaron a capricho o por el negocio inmobiliario que implosiona la economía sin previsión alguna.

Los antecedentes en planeación son pobres y no se llevaron a la práctica, tal fue la ley del consejo nacional económico de 1928; y en 1930, se expide la ley sobre planeación general de la República. Lázaro Cárdenas también realizó un plan de desarrollo.

En esa década decisiva para el futuro de la planeación urbana, Carlos Contreras en los años veintes, hizo un intento por ordenar el crecimiento urbano de un país que salía de una revolución y del ruralismo. Y creo la figura del plano regulador. Contreras definió al urbanismo como “el arte de proyectar, trazar y construir ciudades a partir de entender su forma y patrón de crecimiento y para efectos de conducir su desarrollo en forma armoniosa y ordenada…”. ¿Alguien le hizo caso como en el crecimiento de Acapulco, que se inicio 20 años después, ulteriormente Cancún, Huatulco, Los Cabos en Baja California, Puerto Vallarta, Mazatlán; en la CDMX y el Estado de México con Hank González, o de cualquier ciudad media o pueblo mágico donde los servidores públicos meten las uñas?

Lo que importa es el negocio inmobiliario y no el beneficio para la población en servicios y equipamiento urbano. “El que hace obra, algo le sobra”.

 

LEY GENERAL DE ASENTAMIENTOS HUMANOS

 

En 1976 se promulga esta ley que marca el inicio de la institucionalización de la Planeación Urbana y bajo ésta se crearon leyes, planes y reglamentos urbanos en casi todo país a pesar de que en algunas ciudades ya existían. Esta acción emprendida por Luis Echeverría simbolizó que el estado se abrogaría el derecho de aplicar las normas y medidas para el ordenamiento de los asentamientos, uniformando los intentos locales bajo las mismas normas. ¿Se ha cumplido? De ninguna manera

Años más tarde y siguiendo el mismo hilo, José López Portillo crea la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), a la que se le dio un contenido social y tuvo como objetivo: planificar los centros de población, la ecología urbana, vivienda, suelo, equipamiento. En 1978, la secretaría elaboró el primer Plan Nacional de Desarrollo Urbano del país.

A la fecha, estas leyes han sido inoperantes producto de infinitas variantes de corrupción, negocio fácil y, lo que es peor, el desdén de los gobernantes que consideran el crecimiento poblacional como su negocio personal. Echeverría se adueña de Cancún y Bahía de Banderas, De la Madrid, de Bahías de Huatulco. Y por otro lado surge una potente corriente de “profesionales” que invaden propiedades para erigir colonias populares y convertirlas en negocio “inmobiliario de la pobreza” y en una fuerza electoral para el partido de Estado que las tolera, las procrea y multiplica por encima de las leyes vigentes. Ejemplos hay por miles.

Pese a eso, el país seguía un rumbo con serios problemas de toda índole, el peor ejemplo: las oleadas de población a la Ciudad de México que se asentaron sin un ordenamiento urbano.

En 1994, durante la administración de Miguel de la Madrid, se llevó a cabo en México el PLEA, en ese foro internacional al que acudieron los más importantes urbanistas, se dijo que el crecimiento de la ciudad de México no fuera hacia el sur, y tal parece que al gobierno de la ciudad le dijeron que para allá creciera, los problemas están a la vista.

En este despeñadero urbano se impulsa el programa de ciudades medias y de las 100 ciudades, intento por reordenar el caos urbano sin una visión particular y de conjunto que sólo sirvió para agravar el problema y descuidar el desarrollo urbano que se mantenía tan lejano de la ley como el nopal de la luna.

Una hojeada rápida nos lleva a poner sobre la mesa la normatividad, leyes, reglamentos que se han elaborado para la planeación urbana y sus efectos en el desarrollo. Pese al costal de leyes, el “Niño Verde” hizo de las suyas cuando fue pillado recibiendo dólares por negociar el cambio de uso del suelo. Recientemente el hermano del secretario de Finanzas de Yucatán “egresado de la Universidad del Mayab –la que fundó el pederasta criminal Marcial Maciel— de nombre Manuel Alberto Guillermo Molina, se habría echado al bolsillo 156 hectáreas de tierra del municipio de Ucú. Resulta que el joven terrateniente, Manuel Alberto Guillermo Molina es hermano de Juan Pablo Guillermo Molina, titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) del gobierno de Roberto Borge Angulo, de Quintana Roo… (El Universal/21/2/2016).

Esta operación fraudulenta fue legalizada por el delegado federal del Registro Agrario Nacional (RAN), José Luis Carlos Santos Ramírez, en febrero de 2015. ¿Para que se han elaborado entonces las leyes?

Dada las limitaciones de la Mirada, invito a los lectores a revisar el artículo 26 de la Constitución y la Ley de Planeación. En la segunda parte abordaré lo concerniente al estado de Guerrero.