* Walton polariza y envilece la política

* Astudillo se desmarca; “no es mi estilo”

* Evodio sabía de la maniobra de Walton

 

Por Jorge VALDEZ REYCEN

 

Luis Walton Aburto enloqueció de ira contra Evodio Velázquez Aguirre.

¿Qué le pasa a Luis?

Resultó insólito que haya ordenado subir al ring de su disputa mediática contra Evodio a su compadre Mario Ramos del Carmen (Contralor del Estado) y a su primo Abel Arredondo Aburto (Secretario de Desarrollo Económico) en funciones de seguimiento a páginas de redes sociales, cuando tienen encomiendas y pertenecen al gabinete del gobierno de Héctor Astudillo Flores. Y claro, el mandatario se desmarcó de inmediato y expresó: “no es mi estilo, confrontar a nadie”.

Pero se trata de un fenómeno pernicioso, que lastima y hondo a la política como ciencia, como oficio y como profesión.

Vaya escándalo que provocó el ave de las tempestades, el archimillonario Luis Walton Aburto, con su peculiar estilo bravucón, pendenciero, gandaya, de fajador de callejón, contra el alcalde perredista Evodio Velázquez Aguirre. La orden de “chingar a Evodio”, es a todas luces una bajeza, que envilece el quehacer de la praxis… aunque pedirle eso a la pandilla de facinerosos que reclutó Walton, es como pedirle peras al olmo.

Jacobo Peralta, quien siempre ha escalado cargos a la sombra de su hermano, el actual subsecretario de Turismo, Noé Peralta, aparece como “ala cerrada” del mariscalito “Beto” Carrera, un sujeto sin escrúpulos, carente de valores, que se alquila como mercenario para dar rienda suelta a su frustración, amargura o resentimientos a través de las redes sociales. Y ahora con la chequera de Walton a su disposición, es un verdadero sicario.

Insisto: el diferendo de Evodio-Walton fue puntualmente abordado SIN MEDIAS TINTAS hace algunos días. Walton utilizó a diputados de su franquicia Movimiento Social como ariete contra el primer edil porteño. El escándalo comenzaba a gestarse, hasta las dimensiones que un video subido a redes sociales el jueves 18 de febrero, exhibe a plenitud cómo se envilece la política, por designios del poderoso caballero “Don Dinero”.

Lo grave es que se escuche a los francotiradores de Walton ordenar el monitoreo constante a páginas de periodistas críticos, para ensuciar, denigrar y consumar esa guerra sucia. No hay castigo, ni tampoco existen sanciones de ninguna índole. No está legislado nada, es tierra de nadie, una libérrima expresión del “todo-se-vale”, incluso mentarse la madre y retarse a golpes entre congéneres.

Deploro el bochornoso e incalificable episodio de una “guerra sucia” fraguada en las vísceras de Walton. Entiendo su orgullo mancillado y su incapacidad para asimilar cómo saber ganar con gallardía y saber perder con dignidad.

Hay millonarios que no tienen humanidad. Walton es de esos.

No es una defensa a Evodio, pues en todo caso ésta sería para el espacio de libertad que se goza, de buena fe, en las redes sociales. Éstas, por desgracia, se han convertido en instrumentos de odio, venganza y miseria humana por un grupo de matarifes-bots para denigrar hasta la ignominia a rivales o adversarios. Se escudan en el cobarde anonimato y hacen gala de su impune y miserable forma de ganarse un sueldo o salario de una forma vil y canalla.

Mi desprecio total, así como la indiferencia a futuro, contra de quienes se han rebajado a la condición de gusanos-lombrices, que viven retozando entre las heces de su amo Walton.

Nos leemos mañana, SIN MEDIAS TINTAS.

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