Román Ibarra
En el mes de diciembre pasado, la Administración de la Universidad Autónoma de Guerrero, informó al Comité Ejecutivo Central del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Institución, que el Sistema de Administración Tributaria (SAT), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, les había requerido el pago del impuesto sobre la renta (ISR) a prestaciones como aguinaldo, prima de antigüedad y otras, que la Universidad no retiene a los trabajadores, dado que la Institución es obligada solidaria respecto del pago de ese impuesto.
Lo anterior fue informado por el Comité Ejecutivo Central del STAUAGRO al Congreso de ese Sindicato, que se realizó en el mismo mes de diciembre pasado, aprobando dicho congreso sindical solicitar al Rector la no aplicación de ese impuesto, dada la afectación que se haría con ello a los ingresos de los trabajadores de la Universidad, aprobando además un plan de acción para luchar contra esa medida.
Sobre ese mismo aspecto, el Consejo General de Huelga del STAUAG, acordó, el 26 de enero del año en curso, ratificar el resolutivo del Congreso General de dicho Sindicato, designando además una Comisión que se avocara al estudio del problema y buscara la solución, sin afectar los intereses de los trabajadores.
Indagando respecto de la información recabada por la Comisión de referencia, puede sostenerse la improcedencia de la aplicación de ese impuesto a las prestaciones de los Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero, ya que se convirtió en un derecho adquirido, al haber transcurrido once años de la no aplicación del mismo, toda vez que en el año 2005 se firmó un convenio entre el rector de ese entonces y el STAUAG para no hacer la retención de ese impuesto a las prestaciones de los trabajadores académicos.
Es importante decir que la aplicación de ese impuesto sería discriminatoria, ya que el gobierno federal no lo aplica a sus trabajadores, desde el año 2003, debido a un convenio firmado entre la Secretaria de Hacienda y Crédito Público con la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) en ese año y posteriormente con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Considero que la solución a este problema es que la Universidad absorba ese impuesto, como ya lo hace en el caso de indemnizaciones por retiro voluntario, despido injustificado, jubilaciones o por muerte, según lo establecen las cláusulas 40 y 42 del Contrato Colectivo de Trabajo.
Creo también que debe aprovecharse la circunstancia política de la cohesión interna que tiene hoy la Universidad, a través del grupo Universidad por Guerrero, en el que prácticamente están todas las organizaciones políticas de la Institución, que es encabezado por el rector, el cual ocupa la mayoría de las representaciones de los sindicatos universitarios, el Consejo Universitario, la Rectoría y el CGR del STAUAG, de manera que sus integrantes en dichas instancias deben promover que la Administración Universitaria gestione junto con los dirigentes sindicales de la UAG, ante el gobierno del Estado y la Secretaría de Hacienda, un apoyo especial para que la Universidad pueda absorber ese impuesto a las prestaciones a través de un convenio con los sindicatos, en razón de que es un derecho adquirido de los Trabajadores durante once años y no puede reducírseles su salario, además de que debe aplicarse la excensión que se hace de ese impuesto a los trabajadores del gobierno federal desde el año 2003 y recientemente a los trabajadores del Colegio de Bachilleres.
Creo que el STAUAG debe demandar de manera preventiva a la Rectoría ante la Junta Especial de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje la no aplicación de ese impuesto, argumentando lo aquí expuesto, mientras se hace la negociación, con el fin de lograr un convenio que resuelva este problema.
Desde luego que independientemente de la gestión política y la lucha legal debe continuarse la presión política mediante las manifestaciones, como la del próximo jueves once del mes y año en curso, a la que invito a participar a los trabajadores de la UAG.
Esperamos que las organizaciones del grupo Universidad por Guerrero den un giro a su actual actitud y promuevan desde sus posiciones la orientación de apoyar esta lucha. Creo que le ayudaría mucho para su fortalecimiento en la ruta de convertirse en un actor político fundamental para Guerrero.