Necesario brindar protección a los habitantes de comunidades marginadas.— Denunciará Leyva Mena ante la Fiscalía las amenazas del crimen organizado

 

Enrique Vargas

 

No hay duda que la violencia criminal está definitivamente enraizada en el estado de Guerrero y pocos son los que se salvan de enfrentar esa amenaza, pues aunque se ha señalado que las agresiones, los homicidios y otros hechos delictivos se dan principalmente entre las bandas delincuenciales, lo cierto es que grupos empresariales, muchos otros y ahora los alcaldes del estado están en la mira de esos sujetos a los que nadie identifica ni señala con claridad para enfrentarlos y combatirlos.

La peor situación la padecen habitantes de comunidades alejadas, donde la seguridad que brinda el estado es un tema inexistente, por lo que suelen ser víctimas de ataques de bandas que abusivamente los agreden y los asesinan impunemente.

Cuando eso ocurre, como sucedió en la comunidad de Quetzalcoatlán de las Palmas, en el municipio de Zitlala, en la Montaña baja, hace un par de días, cuando una banda criminal bajó al lugar y acribillaron a habitantes del lugar, donde dejaron 6 muertos y varios heridos, cuando eso ocurre, decimos, al poco tiempo llega la policía de las distintas corporaciones y hasta elementos del Ejército y la Marina, pero, obviamente, el daño ya está hecho y casi van nada más a levantar los cuerpos y a tomar sus datos y una versión de lo ocurrido, que en realidad no es mucho y a la gente prácticamente no les sirve de nada, porque lo que ellos necesitaban era protección y esa estuvo totalmente ausente.

Se hace ver por parte de las autoridades que no es posible tener policías o militares en los miles de poblaciones menores que hay en todo el estado, y eso es cierto, pero habría que pensar que el trabajo de inteligencia, si es que hay alguno o alguna, debería tener señalados los lugares, las zonas o regiones donde existen y se mueven grupos delincuenciales peligrosos, como ese que recién atacó a esa gente que indefensa queda en manos de la brutalidad y agresividad de esos grupos que usan armas de alto poder.

Hay zonas militares e instalaciones del Ejército o la Marina en las principales ciudades del estado y son las que representan la mayor fuerza y la más confiable, pero también hay Policía Federal, Gendarmería, del mismo tronco, además de los policías estatales.

Una posibilidad sería que se crearan campamentos o como se les llame, sin exponerlos en exceso, con instalaciones más fomales y seguras, de militares o policías en más lugares, para que haya mayor cercanía con las zonas aisladas, y en casos de emergencia que la respuesta no represente horas de traslado, porque eso disminuye su eficiencia y el servicio que pueden brindar a la ciudadanía, sino que pueda ser mucho más inmediata, para que sea un apoyo real.

Con un sistema de radio y medios de comunicación apropiados, según el conocimiento y experiencia de las corporaciones y la milicia, sería conveniente armar una red de vigilancia, con más puntos en la geografía estatal, para asistir a los grupos marginados, sin que eso supusiera poner en mayor riesgo a los integrantes de los cuerpos de seguridad.

Es una propuesta que no proviene de un experto ni nada por el estilo, sino que surge de un cierto análisis de la situación que se vive y de la necesidad de apoyar a quienes están casi solos en las zonas aisladas a merced de los peores grupos criminales que ha registrado el estado.

¡Algo tiene que hacerse!

DENUNCIARÁ LEYVA ME NA ANTE LA FISCALÍA LAS AMENAZAS DEL CRIMEN ORGANIZADO.— Comentamos que los alcaldes del estado ya pasaron a formar parte de los “obejtivos” del crimen organizado y aunque eso se daba ya en administraciones anteriores, todo indica que es ahora cuando más se han acercado a exigir que se les cumplan sus exigencias de entrega de recursos y posiciones en las corporaciones policiacas.

Ya hubo casos anteriores, como en Teloloapan, donde al pasado y el actual alcalde la delincuencia los presionó y ese fenómeno va a seguir en aumento.

Ahora, los casos más visibles son el del alcalde de la capital, Marco Antonio Leyva Mena, y el de Pungarabato, Ambrosio Soto, quienes son amenazados por los delincuentes para exigir pagos y espacios de mando policial.

Marco Leyva anunció que presentará una denuncia en la Fiscalía del Estado, para que se investigue y se aclare esa situación además de demandar la protección necesaria.

Antes ya lo había hecho “Bocho” Soto, quien incluso advirtió que renunciaría antes que poner su vida en peligro y la de su familia, por lo que seguramente ya se le ha dado el apoyo requerido.

Puede asegurarse que la viabilidad del estado de Guerrero está en riesgo, pues casi todas sus actividades están amenazadas, desde el trabajo en las escuelas, así como las actividades económicas de todo tipo.

¿Puede decirse que Guerrero está bajo el control de la delincuencia?

¿Es una exageración o una realidad?

De cualquier manera es una situación grave, muy delicada, a la que no se le ve la punta de la hebra que permita jalarla en espera de encontrar una solución, porque el crimen, como lo muestra el caso de Zitlala y de otras comunidades semejantes, como Chilapa, que también que vive una situación de mucho riesgo, con hechos no aclarados, está en todas partes y es anónimo, sin cara, sin estructuras claras de las que pueda jalarse para tratar de desbaratarla.

Le comentaba a un familiar cercano que vive en Mexicali con su familia, desde hace muchos años, por qué soportaban el clima extremo, en invierno con temperaturas abajo de cero grados y en verano con más de 46 grados, y les sugería venir a Guerrero a establecerse, y la respuesta fue contundente e irrefutable: aquí hay mucho calor o mucho frío, pero allá ustedes viven bajo la amenaza del crimen diario, del descuartizamiento de cuerpos, de las desapariciones nunca aclaradas.

No, pues si, tuve que reconocerles… Ya estamos pensando en emigrar al clima extremo, que también mata, pero no igual.

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