La ineptitud y el Principio de Peter

 

Felipe Victoria

 

Casi seguro que alguna vez escucharon ustedes hablar del astronauta que se marea cuando lo suben a un columpio, en referencia a quienes llegando a ocupar algún puesto importante resultan muy “chambones”

En el mundillo burocrático mexicano, los altos funcionarios tienen el indebido privilegio de conformar sus equipos de trabajo con quienes les de su regalada ganar, sea por cuatitud, compadrazgos, recomendaciones o presiones, rarísimo es cuando designan a alguien como jefe de algo por su experiencia y capacidad, actitud y aptitud

A gerentes llegan normalmente los que comenzaron casi desde abajo y se fueron especializando en la actividad, ¿pero qué hay de quienes son ascendidos y se les atranca el burro?

Debo precisar que no es lo mismo alguien a quien ascendieron que a los que “improvisaron” en algún cargo público; por ejemplo cuando designan a alguien como jefazo de corporaciones policiacas sin haber ejercido antes el  riesgoso oficio

Todo tiene explicaciones “académicas” y gracias al maravilloso Internet les platicaré hoy algo tomado de la Wikipedia

“El principio de Peter o principio de incompetencia de Peter, está basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas», o lo que Laurence J. Peter denomina «hierachiology» («jerarquiología»).

Afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo, y alcanzan su máximo nivel de incompetencia.

Este principio, formulado por el catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California en su libro The Peter Principle, de 1969, afirma que:

“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse”

Laurence J. Peter

Según algunas fuentes, el primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: “Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes”

Como última reflexión en su libro, Peter manifiesta su esperanza de que algún filántropo le facilitará una cátedra de «jerarquiología» en una universidad importante: «Al haber demostrado, en mis empeños actuales, estar capacitado, estoy preparado para el puesto»

El principio de Peter forma parte de la llamada «Literatura P», que abarca las obras de Peter, C. Northcote Parkinson, Potter y Putt, y que pretende explicar cómo funcionan las jerarquías sociales.”

En fin, retornando al suelo firme, existen por ejemplo estupendos reporteros que jamás podrían ser buenos jefes de información, ni editores o directores de publicaciones, igual que algunos de ese gremio que de pronto les cae la lotería y los imponen como Directores de Comunicación Social, pero hay quienes siendo totalmente ajenos al oficio los encaraman en responsabilidades que les quedan muy grandes y ni idea tienen de lo que debieran hacer…

¡Nada personal!, para que no se pongan el saco ni se vayan a querer comer el rábano por las hojas…

La maestra Pizarrina aún no regresa de festejar el paseo del Pendón y por eso tuve que invitar a las comadritas chismosillas de Acapulco…

-¡Riiing…salinsliiim!

-Comadre Proculina, ¿ cuándo terminarán la depuración de comunicadores que comenzaron a hacer en el Gobierno estatal y los municipales?

-Ay Torturina, estás poniendo  el dedo en la llaga.

-Pues se supone que es algo necesario que los auténticos periodistas  pedían desde hace mucho.

-Claro que sí manita, a nadie agradan los suplantadores que obstaculizan a los efectivos; ya ves en los enjambres y marabuntas de las giras de funcionarios estorbando, pero resulta que no reportean para ningún medio impreso, electrónico o digital y solo andan buscando incautos.

-¡Shhh…cábrate cayona!, no te busques más antipatías.

-Mira comadre, mientras yo no coma de simpatías ni agradecimientos me vale. Bien hicieron Héctor Astudillo y Erika Luhrs en disponer esa depuración.

-Te la valgo comadre, pero lo que extraña es la tardanza; ni que fuera tan difícil conseguir que los que dicen ser periodistas lo demuestren fehacientemente.

-¿No pudieran pedirle a los medios copia de sus padrones nominales con inscripciones al Seguro Social y el Infonavit?

-¡Ujule!, capaz que se infartan. Hay muchos colaboradores contratados a la palabra, que no por carecer de contratos escritos dejan de ser periodistas pues ejercen eficaz y eficientemente, pero andan en el limbo de los llamados “free lance” o “independientes” y son muy cómodos para las empresas.

-¡Shhh…cábrate cayona!, no des tantas explicaciones incómodas.

-No hay más cera que la que arde y lo que se ve no se juzga manita.

-Bueno tú, ya les pasaste el valioso tip a Erika Luhrs y a Pedro Mendoza que anda con el hijo atravesado en Aldeapulco por que fue amenazado ya por no cumplir convenios publicitarios.

-Mira comadre, primero que le demuestren la licitud de esa revista, su circulación certificada y registros fiscales; que no caiga en el principio de Peter; está ahí porque así lo quiso Evodio Velázquez Aguirre y con eso basta y sobra…