Alondra García

 

“Tenemos muchos desaparecidos en Guerrero”, lamentó el presidente de la Comisión de los Derechos Humanos de la entidad (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno.

En entrevista, recordó que él mismo fue testigo del hallazgo de fosas clandestinas en la zona conurbada del municipio de Iguala.

Inicialmente la Codehum, las fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno, organizaciones sociales y diferentes autoridades se desplegaron para buscar a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que desaparecieron en Iguala desde la noche del 26 de septiembre de 2014.

Sin embargo, en lugar de encontrar a los normalistas, las brigadas de búsqueda hallaron decenas de fosas clandestinas con restos humanos.

“Este último año, después del asunto de Ayotzinapa, han aparecido muchas fosas. Es lamentable y tenemos que trabajar con la identificación (de los restos humanos), porque tenemos muchos desaparecidos. Es lamentable la situación que estamos viviendo”, declaró el ombudsman guerrerense.

Navarrete Magdaleno explicó que si bien la Codehum no es una instancia investigadora, sí brinda acompañamiento a las víctimas y sus familiares.

Por ello,  dijo que la institución ha insistido en que se comparen los registros de ADN de los familiares de personas desaparecidas, con los restos encontrados en las fosas clandestinas.

Destacó que la Codehum busca con vida a las personas desaparecidas, en hospitales y centros penitenciarios.

“La intención es encontrarlos con vida, pero tampoco descartamos la posibilidad de que estén muertos”, comentó.

El presidente de la Comisión de los Derechos Humanos lamentó que en el extranjero conozcan a Guerrero como “Fosalandia” y que el dirigente de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, haya llamado a la entidad “un cementerio clandestino”.

“Es una falta de respeto que nos llamen Fosalandia en el extranjero y Bruno Plácido está equivocado, él tiene una apreciación fatalista”, recriminó.

Navarrete Magdaleno reconoció que en Guerrero “tenemos problemas de seguridad, hay muchos desaparecidos, muchos muertos y un fenómeno delincuencial que se viene arrastrando desde hace muchos años”.

“Las fosas clandestinas son la consecuencia de los muchos desaparecidos que estamos buscando”, explicó.

Sin embargo, aseguró que “Guerrero no es un cementerio” y que “son muchos más” los guerrerenses trabajadores y honestos que aquellos que “causan terror”.

“Guerrero no es un cementerio, está compuesto por gente trabajadora que está a diario en su trabajo, aulas, comercio, turismo. Guerrero es un estado vivo, compuesto de hombres y mujeres valientes, trabajadoras, de niños y jóvenes que están preparándose. Es lamentable lo que pasa, pero Guerrero es mucho más de ese calificativo. Llamarlo ‘Fosalandia’ y cementerio clandestino es una falta de respeto”, insistió.