* Osorio Chong en un berenjenal por Caso Iguala

* Olea Peláez: “devastada (y saqueada) la Fiscalía”

* Versión que Godínez habría pedido “asilo” en EU

 

JORGE VALDEZ REYCEN

 

-¡Que hable la ciencia! –esgrimió Miguel Ángel Osorio Chong, con la misma vehemencia de quien busca asirse de una soga, en medio de un mar embravecido donde flota y naufraga por el Caso Iguala.

Dramáticamente reducido el margen de operación política del secretario de Gobernación, por los traspiés de una investigación que Jesús Murillo Karam se empecinó en contaminar desde la PGR, no atina a salir del berenjenal en que se ha convertido la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Sin apasionamientos, ni sorna, Osorio Chong deberá desatar el nudo Gordiano que la torpeza de Murillo creó en base a las declaraciones de criminales capturados que entramparon el Caso Iguala. Reponer la investigación desde cero, es la obligación. Para ello, deberá reconstruir el escenario de las balaceras, minuto a minuto. Volver a declarar a todos los procesados y a quienes tuvieron acceso a las evidencias periciales. En resumen: volver a armar la investigación hasta detectar dónde se desvió y se contaminó por omisiones o inconsistencias.

Osorio podría designar al ex fiscal General, Iñaky Blanco Cabrera, como coadyuvante en esta nueva indagatoria, en razón de haber sido la primera autoridad ministerial que tuvo conocimiento de los hechos y validó en actuaciones las evidencias, pruebas periciales, detenciones de policías, antes de que la PGR atrajera el expediente. Ese sería el primer paso en firme para recomponer el Caso Iguala.

—o0o—

Xavier Olea Peláez va de sorpresa en sorpresa en la FGE. Su antecesor le dejó un tiradero que definió como “la devastación de una bomba atómica”. Le faltó decir el saqueo.

Y Olea Peláez no tendrá que ir muy lejos para descifrar el diagnóstico de su quejumbrosa expresión coloquial. Los que acompañaron a Miguel Ángel Godínez Muñoz en este año de pesadilla para la procuración de justicia en Guerrero fueron algunos que compitieron a Xavier Olea por la FGE.

El vulgo popular, en su hartazgo de ver las mismas bribonadas cada vez que se reciclan los mandos, define a su estilo que “son los mismos”… o “es la misma gata, pero revolcada”. Olea puede consultar “El Universal”, de hace un año exactamente, cuando se conoció la lista de 27 familiares del Fiscal Godínez enquistados en cargos, amén de señalamientos de posibles actos de corrupción documentados. Dar de alta a policías sin exámenes de confianza y certificados, compra de armamento y chalecos antibala sin licitación, robo descarado de tres millones 800 ml pesos que dejaron en la Dirección de Finanzas de la FGE y que los parientes del “autónomo” fiscal los utilizaron sin conocerse en qué rubro se gastó.

Olea Peláez puede, si quiere, buscar una lista de medio centenar de ex funcionarios liquidados antes de tiempo, que no tuvieron siquiera 10 meses al frente de cargos públicos, mientras que hay funcionarios con más de 25 años de servicio a los que les pisotearon derechos, hostigaron para obligarlos a renunciar y les endilgaron actos de corrupción para presionarlos a no alzar la voz.

La FGE fue reducto del nepotismo de Godínez. Hoy se filtra una versión –otra más de las leyendas urbanas— que Godínez habría solicitado “asilo” en el gobierno de los Estados Unidos de América y acogido a una ley de protección a víctimas de amenazas por grupos criminales en México. Claro que la versión suena a ficción, pero nada tiene de descabellado lo que ocurre en Guerrero… Nos leemos mañana, SIN MEDIAS TINTAS.