Temas cotidianos

 

Por Félix J. López Romero

 

Rebasado el límite tolerable; la ley debe aplicarse

 

Pretextando su rechazo a disposiciones de la secretaría de Educación Pública, entre otras la evaluación para un mejor desempeño, maestros militantes en la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), volvieron a vandalizar causando graves daños a las instalaciones del Congreso del Estado, en donde penetraron por la fuerza una vez más como ya lo hicieron en ocasiones anteriores.

Aun cuando la presidenta de la Comisión de gobierno del órgano legislativo, Flor Ocampo Añorve, recalcó después de sucedidos los hechos que éstos serán denunciados penalmente, para que los responsables paguen por sus fechorías, resultado inentendible que dependencias que nada tienen que ver en el problema magisterial, sean agredidos de manera salvaje como lo hicieron esas horas que lapidaron el recinto legislativo.

La tolerancia que ha tenido el gobierno con grupos que no le son afines, no debe entenderse como debilidad; sin embargo lo sucedido no puede pasarse por alto, encarcelando a los responsables sobre todo a los dirigentes, que parecen gozar con la destrucción que causan sus huestes.

Mientras el cetegismo no sea descabezado, hechos como el ocurrido en el Congreso podrán repetirse; por lo tanto se está a tiempo de poner a buen recaudo, a quienes han ocasionado los graves problemas que se están viviendo, los cuales lastiman a la sociedad en general. De seguir actuando el gobierno con la debilidad que ha mostrado, las osas podrían agravarse más, como se ha mirado está ocurriendo.

Por la crítica situación por la que se pasa, el gobernador Héctor Astudillo Flores declaró que las protestas de maestros disidentes, obedecen por el avance que ha logrado tener la evaluación practicada a los docentes. Desgraciadamente los días de intranquilidad que vive la población se está volviendo añejos. Si el gobierno no se decide de una vez por todas, en el sentido de detener la violencia que cada día se vuelve más agresiva, ésta se volverá imparable.

Se está a tiempo de frenarla con hechos no con palabras.