SADYHEL ASTUDILLO
Sé, que la mayoría de las personas tenemos actualmente una cuenta de Facebook activa, quizá no la revisamos cotidianamente o quizá no salimos de ella, sea cual sea el caso, les puedo asegurar que cada vez que abrimos nuestra cuenta y nos ponemos a ver una rato las publicaciones de nuestros contactos o amigos, mínimo en esa visita rápida que hacemos veremos una publicación que dirá algo: “Juanito Pérez está comiendo en el restaurante X junto al zócalo”, una publicación sobre la actividad que está realizando en ese instante la persona.
Sé, que en colaboraciones anteriores ya he escrito acerca de esta red social y sobre el tiempo o el vicio que ha generado en una gran cantidad de persona y que este número sigue en aumento; pero esta vez, me abocaré en la mediad que me lo permita este valioso espacio, a algo aún más preocupante.
Si usted amale lector nació en 1995 o en años anteriores, bien recordará que nuestros padres repetidas veces nos dieron consejo como: “No hables con extraños”, “no camines solo de noche”, “siempre avísame dónde y con quien estas”. Si bien algunas veces esas frases nos llegaron a molestar y hasta hartar; quizá algunas veces no las obedecimos; pero, si ahora estas en casa tranquilamente leyendo esta nota, quiere decir que sí, esos consejos hicieron bien su labor y llevamos una infancia y adolescencia fuera de peligros.
Actualmente y retomando la idea con que la abrí esta colaboración, estamos literalmente diciéndole a desconocidos, a donde vamos, con quien, a qué hora y que lugares frecuentamos; en que horario estamos metidos en internet y por tanto distraídos.
Bien podrían pensar que no somos personas millonarias o figuras públicas cuya presencia es bien conocida por todos; pero a final de cuentas, todos somos humanos, todos somos propensos a sufrir asaltos, robos, extorciones, secuestros, etc., no importa si somos el gobernador del estado donde vivimos o si somos estudiantes de cuarto semestre. Estos problemas son simplemente hablando desde el punto de vista físico; debemos también sumar los problemas que esto acarrea el mundo digital, cualquier contacto podría saber a qué hora no estamos en línea y si desea hackear nuestra cuenta, bien sabría a qué hora somos menos propensos a enterarnos o realizar un robo de identidad, si bien la lista de problemas crece, con el paso del tiempo, seguirá aumentando.
Lamentablemente esos problemas no se limita a nosotros como usuarias, si no que pueden afectar a terceros, al subir fotos de nuestros amigos o familiares, cualquier persona, con una solo “click” puede descargar esa imagen y hacer con ella lo que desee, ya han existidos casos donde fotos de usuarias de estas redes han encontrados sus imágenes en páginas para citas o con contenido solo para adultos.
De igual forma, continuando con el ejemplo de nuestros contactos, cualquiera que conozca nuestra rutina del día a día sabe en qué momento estamos incomunicados o lejos de nuestras familia y podrá, con toda la seguridad, llamarlos para realizar alguna extorsión telefónica, lo peor del caso es que podría darle mucha de nuestra información personal a quien intenta extorsionar para hacer más realista la farsa.
Pasando este problema a un ámbito general, en México, sorprendentemente se anunció que, es el país en primer lugar en el cual la mayoría de los habitantes sin importar su edad cuentan con un teléfono móvil de los modelos más recientes; increíble, somos un país con problemas económicos pesados, que se han estado arrastrando durante décadas; con obesidad infantil, atrasos en educación, pero aun así, nos damos el lujo de tener un celular moderno a la mano. Esto demuestra que solo nos estamos dedicando a seguir tendencias y la ideología de: “si mi vecino tiene un buen celular, porque yo no”, Y efectivamente, podemos ver a niños en primaria con equipos modernos y usándolo únicamente para redes sociales.
Generemos conciencia y pensemos dos veces antes de subir algo a una página de acceso libre y mundial, disfrutemos de estas rede pero sanamente, subamos fotos que no sean comprometedoras o afecten a terceros. Recordemos el viejo dicho: “el veneno está en la dosis”, este aplica para todo, no solo para algo que vayamos a ingerir, entre más nos enviciemos en estas redes (nuestra dosis diaria) mayor será el riesgo que podamos correr en varios aspectos de nuestra vida (el veneno).