KARMELYNDA VALVERDE

 

Lo que nos faltaba: ¡Ticha al ataque!

 

Neta que no solamente es necesario conectar la cabeza con la lengua, antes de soltarla nomás porque ésta no tiene hueso, sino que hay casos en que se impone el antidoping, para evitar los exabruptos cannábicos. Verbigracia la incontinencia o diarrea oral de Sergio Ocampo, para atentar contra la integridad moral y pública de don Florencio Salazar Adame.

Ah pero como somos comunicadores (aunque lo que comuniquemos sean falacias o reverendas sobaqueadas), nos creemos todopoderosos, y más caones que bonitos, sobre todo con un micrófono a la mano y la lengua suelta. Digo, es que neta se necesita o estar aptudimoder de pirado o de plano andar muy pacheco, para decir las mariguanadas que Checo Ocampo dijo.

Y qué pena que algunos compañeritos plumíferos, hayan servido de comparsa al deslenguado Checo, rasgándose las vestiduras porque don Florencio se indignó y fue a precisarle que ni es un delincuente (porque definitivamente no lo es, y nunca lo ha sido), así como responsabilizarlo de lo que pudiera sucederle a él o a su familia, por sus irresponsables señalamientos sin absolutamente ningún fundamento, neta.

Se victimiza Checo y arma alboroto rasgándose las vestiduras, alegando entre otros chunches violación de sus derechos humanos, como su libertad de expresión ¡arajo!, cuando él mismo violentó los derechos humanos de don Florencio, al asegurar que el encargado de la política interna de nuestro estado, estaba entre otras cosas, “colombianizando” el entorno guerrerense. Arajo y más arajo, por eso insisto en qué si no la controlan, ¡pa’ qué carambas la fuman!

¡Y lo qué nos faltaba!… ¡Ticha al ataque!… Sí, sí, sí, por supuesto que me refiero a doña Beatriz Mojica, que tiene que recurrir a habilitarse de mequenque para llamar la atención porque tal parece que aunque dirigente nacional del PRD, pero no es santo de la devoción del grueso de la cuatitud perrediana. Así que aparece Ticha muy protagónica diciéndole a don Florencio Salazar que si no soporta la carrilla criticona que renuncie. ¡Jesús, María y José! Y el burrito que los acompaña.

¿Qué hubiera hecho doña Beatricita, sí ella hubiera sido objeto de las frustraciones de Sergio Ocampo en lugar de don Florencio… y a ella y a su familia la hubiera expuesto este ñor de manera tan desquiciada, como lo hizo con el secretario de Gobierno?… digo. Y se ve que la doña tiene lo suyo y es de mecha corta.

¡Ay, papá Dios! Pon un guarda en la boca de doña Ticha y una media docena en la de don Checo. O “más mejor”, dale sabiduría para que vislumbre que el orégano se come espolvoreado en el pozole… ¡no se fuma! Ya ves hermanito chulo que se dan esas confusiones herbolarias.