Temas Cotidianos

 

FÉLIX J. LÓPEZ ROMERO

 

Denuncia tardía

 

Antes de terminar el gobierno encabezado por Rogelio Ortega Martínez, un grupo de sus colaboradores se reunieron con quienes trabajarán con Héctor Astudillo Flores, su sucesor, en un acto denominado entrega-recepción para examinar de manera conjunta, si había anomalías en el manejo del dinero público. Entonces nada se dijo sobre una crisis financiera, según lo dio a conocer el secretario de Finanzas y Administración, Héctor Apreza Patrón, quien ante elementos de la prensa que lo entrevistaron, expresó que Guerrero está viviendo la peor crisis financiera, porque sÓlo para pago de aguinaldo a los servidores públicos, se requiere de 3 mil 323 millones de pesos, cantidad que no se cuenta con ella.

Si se requiere de tan elevada suma, no será la prensa a quien debió dirigirse, si no a las autoridades competentes, para poner a buen recaudo a quienes supuestamente aprovecharon sus cargos, para disponer de recursos que de manera previa tenían un destino específico.

Apreza Patrón manifestó que no será tapadera de nadie, sin atreverse a dar nombres de quienes supuestamente hicieron mal uso del dinero público, porque saben que solo amaga más no se castiga; de ser así las cárceles estuvieran repletas de quienes tienen las uñas largas, estando a tiempo de utilizar las tijeras para cortárselas, aunque estamos seguros que las declaraciones del secretario de Finanzas, es un simple “buscapiés” que no le causará daño a nadie. Al tiempo.

 

Hay que saber perder

 

En cuestiones políticas es frecuente escuchar de parte de quien perdió, que su derrota se debió a que su adversario no le jugo limpio, obedeciendo a eso su derrota. En las elecciones extraordinarias para la alcaldía de Tixtla, quien fue candidato priísta a ese cargo, Saúl Nava Astudillo, reconoció perdió a manos del perredista Hossein Nabor Guillén, no sin antes decir que su derrota obedeció, a la compra de votos de su adversario, aunque no ofreció pruebas de su dicho a las autoridades electorales, haciéndolo saber a través de la prensa.

En los comicios ordinarios de junio pasado, el representante del sol azteca, le dio una prueba de su fuerza al tricolor. Como en aquella ocasión no se instalaron numerosas casillas, en tanto la lista de electores estaba alterada, se determinó anular el proceso.

Hace ocho días al reponerse, una vez más la izquierda volvió a triunfar, pero lo hizo de forma tan contundente, que el priísta para justificar su fracaso, acusó a su rival de comprar su triunfo, repartiendo entre otras cosas cientos de despensas, las que supuestamente se distribuyeron entre la gente pobre de la población.

Hoy el PRI dejó de ser el partido que ganaba todas las elecciones; Tixtla es un ejemplo porque desde hace tiempo existe en ese municipio alternancia en el poder, porque así lo han determinado sus electores.

 

Lapidan edificios

 

Jamás las acciones violentas serán las mejores, para solucionar un problema por difícil que parezca o lo sea. Lo anterior viene a colación porque maestros simpatizantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), dieron a conocer su rechazo a la reforma educativa, que el gobierno federal está aplicando en todo el país, para eficientar las tareas de los docentes, quienes obtendrán mejores salarios de aprobar exámenes evaluatorios.

Para dar a conocer su disgusto, cetegistas se trasladaron al edificio sindical del magisterio, al sur de la ciudad, en donde causaron daños diversos en sus instalaciones, apropiándose de equipos de oficina, rompiendo además los vidrios de las ventanas.

Los disidentes tienen el derecho de hacerlo, al no estar de acuerdo con la evaluación; lo que no tienen es dar a conocer por la vía de los hechos violentos, su rechazo a ser sometidos a pruebas, porque lo que efectuaron son delitos que deben de tener el castigo respectivo.

Quien no quiere ser evaluado debe respetarse su decisión, lo condenable es que al amparo de la negativa, realicen tropelías dañando a terceros ajenos a sus diferencias.

La postura adoptada por el magisterio disidente, al que más perjudica es al alumnado, porque miles de niños no concurren a las aulas, porque sus maestros perdieron la mística de la enseñanza. A pesar de eso se les continúan pagando sus salarios, como si estuvieran desempeñando la alta misión que tienen conferida.

 

Preocupa inseguridad

 

La inseguridad ha llegado a límites intolerables, siendo por eso que la sociedad le exige al gobierno acciones drásticas, que conduzcan a vivir en la paz requerida para mediante ella, se vuelvan a los días tranquilos del pasado reciente, los cuales detonarán el progreso reclamado.

El gobierno en sus diferentes niveles, deben dejar a un lado proyectos y reuniones, en donde se ha acordado dar una batalla contra la delincuencia, cuando hacen falta acciones para acabar con una tranquilidad inexistente. Las cosas andan tan mal que el alcalde de Pungarabato (Ciudad Altamirano), Ambrosio Soto Duarte, amenazó dejar el cargo, ante las amenazas de muerte que ha recibido de elementos del crimen organizado.

La violencia siempre ha existido, logrando mayores dimensiones, con los cárteles de la droga que han corrompido a buena parte de la población. Por su lado la delincuencia se ha mirado su desarrollo, a partir de los hechos de sangre ocurridos hace poco más de un año en iguala, en donde 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fueron secuestrados, desconociéndose desde entonces su paradero.

Ante la gravedad de los problemas que vive la entidad, se les deben dar duras soluciones, siendo lamentable que la Comisión Estatal de Derechos Humanos esté pendiente que no se los violen a delincuentes, dejando a la población a merced de los rufianes.

Que al gobernador Héctor Astudillo Flores, le ha tocado bailar con la más fea ni quien lo dude. Si se quiere dar un combate a la delincuencia debe ser a fondo, no solo contar con la presencia policíaca y militar, que en nada ayudan a su combate.