Periodismo insumiso replicado…
Felipe Victoria
Completó el ciudadano Enrique Peña Nieto, presidente de la República, 36 meses de hacer las cosas en el país como mejor le ha parecido, ayudado por su equipo cercano y quienes fueron hechos legisladores, que sin mucho problema aceptaron todas sus iniciativas sin ponerse sus moños; la gran faena lograda por Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones Rivera.
A partir de la segunda mitad de su acosado mandato, emboscado por la tenaz oposición del tabasqueño, que le alzó en armas a varios estados sureños con la resistencia contra reformas constitucionales en la educación, orquestando la insurgencia magisterial con tácticas de guerrilla urbana, pondrán en juego una nueva arma casi letal contra la llamada libertad de expresión en los medios de comunicación, un velado “chitón perrito” a todos quienes escriben y opinan publicándolo por escrito o a través de los recursos electrónicos y cibernéticos modernos.
El arma se dio a conocer desde el 4 de noviembre en el Diario Oficial de la Federación bajo la denominación de “Ley Reglamentaria del Derecho de Réplica”.
Muchos la tomaron como buena noticia el que por fin se cuente con un cuerpo legal que desarrolla los alcances del derecho humano, que ya teníamos tenemos reconocido en la Constitución:
Apunta el Maestro Luis Miguel Cano López, en ‘Proceso’, que “El derecho a exigir una rectificación o a emitir una respuesta en un debate público que nos alude, constituye una buena causa que apoyar. En abstracto, la ley referida encuentra perfecta justificación en dicha causa. El problema es que los contenidos concretos plasmados en esa legislación lo que propician son, por lo menos, la inhibición de la libre circulación de informaciones y hasta de opiniones, así como el fomento de medios oficialistas”
“De inicio, aquella ley establece que toda persona física o jurídica que, con sujeción a las disposiciones legales aplicables, difunda masivamente ideas, pensamientos, opiniones, creencias e informaciones (definida como medio de comunicación); toda persona que genere y sea responsable de producir contenidos que sean publicados o transmitidos por un medio de comunicación; toda agencia de noticias que obtiene información, materiales editoriales o fotográficos para venderlos o ponerlos a disposición de tales medios, y cualquier otro emisor de información responsable del contenido original, tienen obligación de garantizar el derecho de réplica”
“Este derecho tendrá que ser atendido cuando la persona solicitante alegue que fueron divulgados por alguno de los sujetos obligados, datos o informaciones relacionados con hechos que le aludan y que a su parecer sean inexactos o falsos y cuya transmisión o publicación le cause un agravio político, económico, en su honor, vida privada o imagen. Incluso, la crítica periodística queda sujeta a réplica, siempre y cuando se arguya que se sustenta en una información falsa o inexacta”.
Entre otros detalles, señala Cano López que en la ley expresamente nada se dice de la protección a la no revelación de fuentes periodísticas, y explica que:
“Por cada incumplimiento de la ley se puede sancionar a un medio con multas que van desde 35 mil a 350 mil pesos, y en un supuesto extremo hasta 700 mil pesos”.
Claro que el abuso de las libertades de expresión e información no debían quedar sin respuesta, pero apunta el maestro Luis Miguel Cano:
“Las opiniones, como la crítica periodística, no deben someterse a un test de veracidad o exactitud, justamente porque se trata de juicios de valor y expresiones subjetivas. La ley reglamentaria que entra en vigor el 4 de diciembre obviamente no toma en cuenta este estándar de máxima protección y por vía de la réplica inhibe la comunicación”.
“Desde esta perspectiva, debemos preguntarnos si la ley del derecho de réplica es el pretexto perfecto para continuar el debilitamiento de medios críticos en México, la desaparición de espacios que cuestionen la verdad oficial, el privilegio de medios alineados con el estado de cosas tan injusto en el que vivimos. No quiero imaginar lo que pasaría si desde los gobiernos sistemáticamente se emplea el derecho de réplica para, poco a poco y juicio tras juicio, roer al periodismo crítico subsistente. De suceder así, será la legalización de un ‘te cuadras o te silencio’”.
A ponerse las pilas entonces quienes gustamos del periodismo insumiso, pareciera que algunos estilos de la dictadura porfirista están de regreso un siglo después.
¿Por qué con el mismo encono no se atrevieron a reglamentar tantas marchas, manifestaciones y plantones que justifican con la libertad de expresión y reunión?, justificándose con no ser autoritarios ni represores dejando impunes turbas de anarquistas violentos?
Claro, es más fácil dejarles caer el peso de su ley a los periodistas y medios, de uno por uno; obstruir la válvula de escape de la inconformidad popular, indudablemente facilitará un estallido.
-¡Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.
-Maestra Pizarrina, ¿está contenta de que su presidente Peña Nieto logró resistir tanto acoso durante tres años?
-La verdad sí, chamacos, pero lo eligieron por seis, así que falta ver como se le ponen las cosas en la segunda mitad que le falta.
-¿Y si nos dan la sorpresa de que quieran extender su sexenio a diez años negociando en el regateo aunque sea por ocho?
-El único que protestaría replicando sería El Peje, los demás chitón perrito.