Acapulco es ciudad

 

Por Chanssonier

 

Por cédula de fecha 28 de noviembre de 1799, el rey de España Carlos II reconfirmó el título de ciudad a Acapulco, debido a que años antes dicho documento se extravió, en el curso de una batalla marina con un barco inglés; por desconocerse su paradero tuvo que ser repuesto. Este lugar cobró importancia desde que el marino Francisco Chico, que acompañaba a Hernán Cortés, descubrió su hermosa bahía asentándose en ese lugar las primeras familias españolas.

En el litoral de Pacífico mexicano fue el único lugar autorizado, para que barcos de otros lugares pudieran hacerlo allí. Por ser punto estratégico en caso de ser atacado desde el mar, se construyó una fortaleza la que destruyó un temblor, levantándose en su lugar el castillo de San Diego aun en pie, convertido no hace muchos años en museo.

Los pueblos del oriente sobre todos las islas Filipinas, establecieron un mercado permanente con la Nueva España, a través de Urdaneta, el primero hacer ese viaje que se considerable imposible de llevar a cabo. Hasta el año de 1813 el comercio entre ambos lugares fue cuestión común, terminándolo la guerra de independencia.

El castillo de San Diego cobra importancia en la historia nacional, porque una vez en posesión de las fuerzas del cura Morelos, éste viajé a Chilpancingo e donde organizó y llevó a cabo el Primer Congreso de Anáhuac, a cuyo término se redactó el Acta de Independencia.

Actualmente Acapulco es un destino turístico que vive el presente, sin olvidar su pasado lleno de días memorables.

 

La primera colonia

 

Por muchos años Chilpancingo tuvo un escaso desarrollo urbano; mientras otros lugares las poblaciones crecían a ritmo acelerado, aquí parecía que el tiempo se había detenido. Los cuatro barrios en que se encontraba dividida la ciudad, eran casi los mismos que medio siglo atrás, inclusive los habitantes se conocían entre sí, siendo escasos los nuevos avecindados.

Fue en el curso del gobierno estatal, encabezado por el general Baltasar R. Leyva Mancilla, que la capital despertó del largo sueño en que vivía, siendo necesario para el caso, ampliar calles que fueron convertidas en avenidas, porque el flujo vehicular empezaba a incrementarse, poniendo también en operación el sistema de agua potable de Omiltemi, con el propósito de tener la suficiente agua potable para satisfacer la demanda futura del líquido.

Para alentar el crecimiento de la ciudad capital, el gobierno de Leyva Mancilla construyó la colonia Cuauhtémoc Norte, resultando favorecidos empleados de la administración estatal, que de tal manera pudieron tener un hogar propio.

El terreno para construir el fraccionamiento, formaron parte en otros tiempos, del extenso predio conocido como El Chapitel. A las calles les fueron puestos nombres de ilustres guerrerenses, quienes se distinguieron en diversos campo de la vida, por ejemplo el jurista y político Eduardo Neri Reynoso, o el del músico compositor Moisés Guevara Villalba. La colonia tiene como límites al oriente la avenida Juárez, al poniente el bulevar Alejandro Cervantes Delgado, al sur la calle Moisés Guevara, en tanto al norte la barda del hotel Meléndez y algunas otras casas. Años más tarde se construiría la colonia Cuauhtémoc Sur, levantada de manera oficial para favorecer a burócratas federales.