Temas cotidianos

Por Félix J. López Romero

 

Plan Nuevo Guerrero

 

Debido a su ancestral pobreza, esta entidad siempre debe contar con el apoyo de la federación, para poder abatir sus carencias. Precisamente para darle un empujón, para que su población vive en las mejores condiciones posibles, se reunieron el pasado fin de semana en Acapulco, el gobernador Héctor Astudillo Flores, con el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña, quienes revisaron el Plan Nuevo Guerrero, que tiene como propósito primordial ir al rescate de quienes viven en la pobreza, la que se trata de revertir.

El combate contra el hambre, programa instrumentado por la Sedesol, tiene como fin específico acabar con ella, o bien aminorarla sobre todo en la región de la Montaña, la que así está catalogada. Al parejo con esta tarea, a la gente se le debe capacitar para que hagan producir la tierra, la que les dará parte de los alimentos que llevan a sus meses.

Por otra lado se dio a conocer la revisión del plan que está en ejecución, mediante el cual se han logrado levantar 1,600 viviendas, las que destruyeron tanto la tormenta “Manuel”, como el huracán “Ingrid”, tragedias ocurridas hace un par de años, que castigaron severamente a varias regiones de la entidad.

En la reunión acapulqueña, el secretario Meade y el gobernador Astudillo Flores, firmaron un convenio para reforzar las estrategias que se están poniendo en práctica, las que conllevarán al logro de futuros mejores días. Entre esos proyectos sobresale la hechura de caminos postergada desde siempre porque nadie se ha atrevido a dominar lo montañoso que es la entidad. Educación, Salud y seguridad pública, también tendrán particular atención, según se acordó en la revisión el Plan Nuevo Guerrero, puesto en marcha para abatir las carencias que desde siempre, ha tenido esta parte del país.

 

Dar palos de ciego

 

Sea que lo pongan en libertad por falta de pruebas, o bien lo encarcelen por tenerlas, la detención del alcalde de Cocula, Erick Ramírez Crespo, ha despertado desconcierto por la forma de hacerlo, ocurrida en días pasados en Cuernavaca, en donde se dijo que en el momento de llevarla a cabo, platicaba con Adán Zenén Casarrubias, dirigente de la banda delincuencial “Guerreros Unidos”. Como es costumbre en la policía, al aprehenderlo no se le mostró la orden correspondiente, simplemente se le detuvo para ser llevado a la Procuraduría General de la República (PGR), para que declare en relación a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos hace poco más de un año, cuyo paradero continúa siendo un enigma.

La detención del alcalde realizada por elementos de la SEIDO, ha ocasionado protestas de habitantes de Cocula, quienes se trasladaron a la ciudad de México, exigiendo en una protesta pública ponerlo en libertad, por ser ajeno al hecho que se le imputa. Mientras se aclara su situación legal, está al frente de la comuna la síndica.

Lo cierto es que por el caso de los estudiantes, hay numerosos detenidos, algunas de ellos solo por platicar con los presuntos asesinos, advirtiéndose en esto que se están dando palos de ciego, porque no se advierte una investigación seria. Si Ramírez Crespo, médico de profesión, tiene que ver con las muertes debe ser castigado; de no ser así, ponerlo en libertad como lo exigen sus gobernados.

 

Elevan Tlapa a ciudad

 

Con el nombre de villa de Comonfort que era, hace 125 años obtuvo el rango de ciudad, llamándose desde entonces Tlapa de Comonfort, en memoria del general Ignacio Comonfort, quien fue delegado del gobierno de Puebla cuando aquél lugar de la Montaña y la Costa Chica pertenecían a esa entidad, hasta la erección de Guerrero en 1849.

El nombre de villa de Comonfort, según el actual presidente municipal de Tlapa, Noé Abundis García, se debe a la notable gestión que realizó; de allí que se haya pedido se le pusiera su apellido al lugar, el que primitivamente se le denominó Tlachinolapa.

Independiente a la fiesta cívica, Tlapa se distingue por su alta religiosidad; desde hace varios años es sede de un obispado; el festejo católico de mayor relieve, es el que se lleva a cabo en homenaje al Señor del Nicho. Es arraigada costumbre por donde pasa la procesión, son construidos con aserrín tapetes multicolores de efímera vida, ya que sobre ellos caminan quienes van a la catedral.

En esta ocasión los tlapanecos también recordaron la erección del estado de Guerrero, de donde se desprendieron para integrar la entidad, así como el relativo a los fieles difuntos.

Segregada Tlapa y en lo general la región de la Montaña, situación que vivió por años, hoy avanza para que sus habitantes encuentren en mejor destino.

 

Festejo a los muertos

 

Los dos cementerios de la ciudad recibieron, los días primero y dos de los corrientes, a miles de personas que concurrieron a ellos, para llevarles flores y artículos diversos a quienes allí reposan, con motivo de la festividad del Día de los Fieles difuntos. La celebración de la fecha se arrastra de muchos siglos atrás, conjugándose entre nosotros la celebración católica con la nativa.

La población criolla creía que quien moría iba a descansar para siempre en el Mictlán, que equivale al cielo de los católicos. En el primitivo panteón local, existe en su entrada un epitafio que dice: “Descúbrete ante la augusta paz de nuestros muertos, aquí en donde terminan las ambiciones humanas”; se debe al culto positivista Agustín Aragón León.

Los festejos del día 2 dedicados a los adultos mayores son los más concurridos; las lápidas de las tumbas quedaron materialmente cubiertas flores, que fueron desde el modesto cempasúchil, hasta las aristocráticas gardenias; desde días anteriores a la conmemoración, las tumbas estuvieron convenientemente arregladas. Muchas familias arribaron con música, otras más derramaron sus lágrimas para recordar a quien partió al más allá.

Independiente a los panteones, familias y oficinas de gobierno, colocaron ofrendas callejeras visitadas por las gentes que pasaron en donde fueron instaladas. Allí no faltaron la calabaza en dulce, como tampoco las calaveras de azúcar.

Pagana y religiosa la celebración del Día de Muertos, es una centenaria tradición que no ha perdido vigencia, por ser el nuestro un pueblo de alta religiosidad católica.