¿No más topillo?

 

Felipe Victoria                    

 

Los meses de octubre de todos los años, son la temporada favorita para los fenómenos de viento y lluvias tormentosas.

No me quedó más que echarle tarjetazo en las tiendotas departamentales para proveer mi alacenita y aguantar cuatro o  cinco días, en que quizá se ponga difícil andar de compras en la calle.

Agua purificada, latería aunque sea de atún y sardinas, quizá del pollo cadáver congelado de quien sabe cuántos meses checando la fecha de caducidad, una pechuguita, piernas y muslitos, huacal además y verduras para un buen caldo casero, sin que falten chiles frijolitos, arroz, sopitas de pasta, pan de caja, aunque está carísimo el del osito famoso, galletas saladitas y si se puede frutita de la menos cara, para carne hace mucho que ya no alcanza.

Por supuesto que de plano una rejilla con muchos huevos y por ningún motivo dejar de resurtir las medicinas prescritas para los achaques crónicos, sin olvidar que en caso de quedarnos encerrados por la contingencia ambiental deberá haber buena reserva de preservativos, pues con las lluvias los días y las noches se transforman en más ensabanables y si el pésimo servicio de tv por cable falla, habrá que recurrir a la mejor diversión del mundo con la pareja.

Baterías para la linterna sorda y el aparatito de radio no deben olvidarse, tampoco el tener a la mano libros y novelitas interesantes además de buena dotación de velas por si falla la energía eléctrica y a esperar lo que venga, al cabo esta vez a Guerrero no le irá tan mal como a otras entidades hacia el norte, donde vaticinan que la tal “Patricia” será despiadada “grado cinco”.

Aquí muchos ya encienden veladoras para que el martes 27 el clima se haya compuesto del todo y nada nuble la toma de posesión de Héctor Antonio Astudillo Flores como gobernador constitucional; de todos modos, con huracanes, tormentas y ciclones, o sin ellos, va a recibir el estado muy jodido en todos los aspectos.

A Rogelio Ortega ojalá no se le ocurra irse sin despedirse igual que otros, mal hacen los que no cubren la retirada, porque ya sin el capelo en el pedestal a todos les llueve.

-Tilín, tilín!- Suena la campanita escolar.

-Maestra Pizarrina, nos espantaron tantas advertencias por el huracán Patricia.

-Aaarajo chamacos, el día que las desgracias meteorológicas y los caprichos de la naturaleza dejaran de ser oportunidad dorada para ladrones de cuello banco sinvergüenzas, qué distinto sería.

-Siempre es lo mismo, teacher, que declaran situaciones de emergencia para que la federación mande dinero a manos llenas, pero por donde pasa todos le pellizcan.

-Por eso las obras de reconstrucción se quedan a medias, o construyen casitas de esas que si les soplan se caen.

-Ni modo maestra, esa manera tan mexicana de lucrar que tiene la burocracia nadie la va a cambiar por más que digan, pero el pueblo tiene la culpa por conformarse y resignarse.

-Tenemos los gobiernos que merecemos, chamacos

-Nunca pasan de marchas protestando y bloqueos pero los ganones a la mera hora son los líderes que reparten migajas. ¿No cree que ya sea hora de un gran cambio e imponer la cero tolerancia a la delincuencia y las raterías en los gobiernos?

-odos prometen eso, pero del dicho al hecho hay mucho trecho, comenzando porque los privilegiados resultan ser de los  clanes y grupos de siempre, pero en distintas posiciones, nomás cambian de disfraz o de partidos.

-Escucharla diciendo eso nos desanima y mire que andamos bien esperanzados con las buenas intenciones de Astudillo.

-Ejele, no confundan lo que dicen y prometen con lo que después hacen; ya ven la desilusión que nos acabamos de llevar.

– Pero cuentan que fueron los canchanchanes los que se dieron vuelo, teacher.

-Pues si no se daban cuenta malo, pero si los toleraban peor.

-No hemos visto algún ex funcionario encarcelado por transa.

-Nomás disque los comienzan a investigar, pero ahí siguen tan campantes buscando nueva adscripción porque no sueltan la ubre. Los amarillos mamaron diez años y ahora regresarán los tricolores.

-Dicen que con Astudillo ya no habrá topillo profesora.

-Le concedo el beneficio de la duda por cien días en que veremos si como ronca duerme, es cuestión de valores que les hubieran inculcado desde la niñez a los funcionarios, pero como crecieron rodeados de malos ejemplos no se saben otra tonada y se hicieron expertos en rascarle a todo, una espiral que siempre se repite llegue quien llegue.

-¿Un círculo vicioso, teacher?

-El cuento de nunca acabar, los que están colocados ven cómo se las ingenian para no dejar sus espacios, y a los nuevos y frescos, aún no maleados, no los dejan llegar; a excepción de que sean de las mismas familias eternas o acepten “rentar” chambas como le hacemos en el magisterio.

-Los chavos tenemos fe y creemos que a partir de noviembre la cosa cambiará con Héctor Astudillo.

-¿Me apostarían por lo menos su… tobillo?

-No es de apostarle sino de coparticipar; a partir de noviembre no quieran conseguir cosas indebidas y si les piden, no se mochen y denuncien, hay que romper la inercia de las malas costumbres.

-Me gusta el eslogan, a ver cuánto se tardan en pirateárselos.