Alexis Blancas

El heno, también conocido como pascle, utilizado principalmente para adornar el pesebre o nacimiento del Niño Dios durante el mes de diciembre, es una planta colgante que crece sobre los árboles.

Su nombre científico es Tillandsia usneoides. Se caracteriza por su color grisáceo y su aspecto fibroso, y pertenece al grupo de las plantas epífitas, es decir, aquellas que crecen sobre los árboles u otras plantas sin parasitarlas.

Esta especie se distribuye desde la costa este de Estados Unidos hasta Sudamérica. Al no interactuar directamente con el suelo, obtiene sus nutrientes del aire y del ambiente, por lo que no daña a los árboles en los que se desarrolla.

En Guerrero y en gran parte de México, el pascle se utiliza durante las fiestas decembrinas para decorar hogares y, especialmente, los nacimientos. Cada región y cada familia tiene una forma particular de montar sus pesebres; sin embargo, esta planta es considerada un elemento importante por el aspecto rústico que aporta y por asemejar el entorno donde, de acuerdo con la tradición, nació el Niño Jesús.

De acuerdo con el escritor guerrerense Juan Sánchez Andraka, entre las décadas de 1950 y 1960 el heno también se utilizaba de manera común para adornar las calles donde se instalaba la Feria de San Mateo, Chilpancingo, Navidad y Año Nuevo, tradición que aún puede observarse en algunas calles y viviendas.

No obstante, en la actualidad especialistas y ambientalistas advierten que el uso indiscriminado del heno no es recomendable, ya que, al tratarse de una planta silvestre, su extracción masiva puede dañar los ecosistemas, afectar la retención de humedad y contribuir al deterioro de los bosques.

Por ello, se recomienda optar por alternativas sustentables como paja seca, telas o materiales reciclados para la decoración de los nacimientos y hogares durante la temporada decembrina.