Michel Vargas
ACAPULCO. —En el marco del paro nacional de 48 horas convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), anunciaron la conclusión del mismo y retiraron que continuarán en exigencia ante las autoridades educativas y del Gobierno Federal para que se elimine la ley del ISSSTE del 2007.
En conferencia de prensa, el dirigente de la Comisión Política en la región Acapulco, Walter Emmanuel Añorve Rodríguez, exigió a los tres órdenes de gobierno atender de manera real y no sólo discursiva las demandas históricas del magisterio.
Añorve Rodríguez destacó el caso de 2,613 trabajadores “no FONE”, quienes siguen excluidos del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo, situación que calificó como un ejemplo claro del abandono institucional. Además de reclamar como pese a que las autoridades conocen las problemáticas en lugar de resolverlas, se encargan de darse “jugosos aumentos” en específico el aumento recién aprobado por los legisladores.
“¿Cómo si para los legisladores, para los diputados, pues hay aumentos? Aumentos jugosos, aumentos que muchos en nuestra vida, vamos a soñar con tener un aguinaldo de esa naturaleza y de esa magnitud. A nosotros nos quitan seguros, a nosotros nos quitan presupuesto, para nosotros hay aumentos raquíticos, pero para ellos pues hay una gran gama de oportunidades presupuestales”, comentó.
El dirigente afirmó que los gobiernos estatal y municipal deben coadyuvar a la construcción de una ruta que permita atender las exigencias del sector educativo, incluso si ello implica “correr riesgos” frente a intereses financieros.
Al ser cuestionado sobre la suspensión de clases durante las 48 horas de paro, el dirigente afirmó que nunca ha sido intención del magisterio afectar a los estudiantes, pero aseguró que la falta de sensibilidad gubernamental ha obligado a los docentes a recurrir a estas acciones.
Finalmente, los docentes denunciaron el uso de la fuerza pública contra docentes en la Ciudad de México, donde fueron recibidos con gases lacrimógenos y golpes tras exigir diálogo. Además se deslindaron de cualquier vínculo con grupos de derecha y afirmó que el movimiento magisterial es legítimo, surge desde las bases y está alejado de intereses partidistas.
