Con la llegada de Halloween y Día de Muertos, resurgen las creencias sobre la magia, los rituales y la brujería, y con ellas, los temores en torno a los gatos negros, animales históricamente asociados con lo misterioso y lo sobrenatural.

Aunque en el antiguo Egipto estos felinos eran símbolo de protección y prosperidad, en la Europa medieval fueron vinculados con hechicería y malos presagios, estigma que aún persiste.

Actualmente, organizaciones protectoras de animales, como la Fundación Proyecto Salvavidas, han decidido suspender temporalmente las adopciones de gatos y perros negros del 1 de octubre al 10 de noviembre, para evitar que sean utilizados en rituales.

El voluntario César Arizpe explicó que durante el resto del año los gatos de este color son poco adoptados —fenómeno conocido como “Síndrome del Perro Negro”—, pero en estas fechas el interés se incrementa sospechosamente.

“En octubre sí ahondamos más en ver que la gente no tenga malas intenciones con los rescataditos”, advirtió.

Las fundaciones recordaron que ningún color de pelaje define el destino de un animal y que adoptar con responsabilidad es la mejor manera de erradicar supersticiones sin fundamento.