En vísperas de los festejos del Día de Muertos, las familias indígenas nahuas de la comunidad de Huiziltepec, municipio de Eduardo Neri, aprovechan el crecimiento de flores silvestres para sostener su economía mediante la venta local y en los alrededores de los panteones.
Cada año, habitantes como Celia Isidro Baltazar y Alberto Mariano Flores recorren los cerros y campos para recolectar flores de cempasúchil, conzattii y oquiztle, que nacen de manera natural según el temporal de lluvias. Las acomodan en manojos y las venden a 10 pesos en carretillas o directamente afuera de sus viviendas.
“Es una costumbre de nuestros abuelos; las flores crecen solas y si llueve bien, hay muchas”, explicó Alberto Mariano, de 54 años, quien destacó que este 2025 fue un buen año por el temporal.
Los lugareños acuden a sitios conocidos como Cerro Grande, Tanatzintla, Tlapalapa y La Lagunita, donde crecen las flores que más tarde se utilizan para adornar altares y tumbas durante el 1 y 2 de noviembre.
El pueblo de Huiziltepec, ubicado a unos 30 minutos de Chilpancingo, se ha hecho famoso por su forma peculiar de celebrar el Día de Muertos, cuando las familias pasan la noche en el panteón iluminando las tumbas con velas y veladoras, en una convivencia simbólica con sus difuntos.
Mientras esperan la cosecha de maíz y frijol, la venta de flores silvestres representa una alternativa temporal de ingresos para decenas de familias que mantienen viva una tradición ancestral y una forma de vida ligada a la tierra. (Foto: Eduardo Santos/Quadratín)
