Los graves problemas que tiene la capital del estado tienen “solución absoluta con una intensa actividad cultural”, aseveraron este miércoles en la conformación del Nodo Cultural Chilpancingueño.

Este miércoles en el Museo Regional tomaron protesta la mesa directiva de este Nodo y al principio del evento se guardó un minuto de aplausos en honor de Alejandro Arcos Catalán, quien en los próximos días cumplirá un año de haber sido asesinado a pocos días de haber asumido la alcaldía capitalina.

El presidente del Nodo, Juan Sánchez Andraca afirmó en su intervención que “la cultura de un pueblo, determina su forma de vivir; ahora estamos viviendo la cultura de la violencia, del desorden, de la incomunicación, del desamor. Nuestros máximos valores son las cosas, es decir, el materialismo ha inundado nuestras mentes y ha expulsado los valores que producen comunicación amable, armonía, solidaridad, honestidad y la paz”.

El escritor lamentó que los hogares hayan dejado de ser “el rincón de amor y paz que antes eran. A veces es allí donde la violencia empapa la vida familiar. Es tan grave la desintegración familiar que ya no es posible hablar de hogares verdaderos. Hay techo común pero no amor entre quienes viven bajo ese techo. El hogar ha sido el núcleo de la sociedad. Como se vive adentro se vive afuera”.

Indicó que la capital es “solamente, un territorio donde vivimos los chilpancingueños casi sin comunicación, sin solidaridad, sin armonía. Hemos perdido el lazo que nos une. Ese lazo es nuestra historia, la historia de nuestra ciudad. Hemos llegad a ser extraños, desconocidos, a pesar de tener ancestros comunes”.

Enlistó lo que aqueja a Chilpancingo, “el desorden del comercio en el centro y en nuestras calles, la música con alto volumen en muchísimos bares y cantinas, la basura acumulada en muchas esquinas, la contaminación del Huacapa y de la barrancas y manantiales, el miedo a salir por la violencia imperante, to-do esto y más, es el escenario de nuestra vida actual en Chilpancingo”.

Dedicaron esa toma de protesta a la memoria de Alejandro Arcos Catalán, “nos manifestó su ardiente deseo de cambiar nuestra ciudad y municipio a través del cambio de la forma de ser de los chilpancingueños; tenía la meta de lograr una ciudad, un municipio con habitantes unidos en el anhelo de superación personal, familiar y colectivo. Nos entusiasmó su idea, su propósito de hacer de la cultura la prioridad en su gobierno. Deseaba contagiar a los chilpancingueños con el amor que él sentía por Chilpancingo. El amor como cimiento de cambio”.

Dijo que para Alejandro Arcos Catalán “los problemas graves que, ahora, pаdecemos tendrían solución en el amor. A través de la cultura desaparecer la indolencia, la incomunicación, la violencia, el desorden. A través de la cultura lograr paz, tranquilidad, armonía. A través de la cultura lograr la hermandad de quienes nacieron aquí o de quienes adoptamos a Chilpancingo como casa habitación”.

Y que deseaba “formar un ejército que combatiera todo lo negativo. Ese ejército estaría formado por promotores culturales cuyas armas serían los libros, las artes, la orientación familiar, el conocimiento de historia, costumbres y tradiciones de nuestra ciudad”.

A nombre del Nodo, los comptomerió a “trabajar porque Alejandro Arcos nos transmitió lo que vamos a regar por todas partes: El amor a Chilpancingo. El orgullo de ser chilpancingueños”.

Durante el evento se destacó que el Nodo fue promovido por el alcalde, Alejandro Arcos Catalán “tenía un sueño para la capital, que recuperara la paz y que la cultura fuera uno de los detonantes de ese cambio, ese sueño fue truncado y por ese este colectivo ciudadano, apartidista nace para promover la paz desde el ámbito cultural”.

En el acto estuvieron representación del Congreso asistió la diputada, Erika Guillén Román; la secretaria de Cultura del municipio; Laura Patricia Hernández Carrillo; Alfonso Neri Celis, Fortunato Hernández Carbajal, Félix Moreno Peralta, Jaime Salazar Adame, Ricardo Infante Padilla, Baltazar Maldonado, Héctor Romero Torres, Maura Ortiz Carrasco, Ángel González Cerdenares.