Alexis Blancas

El transporte público en la capital del estado volvió a suspenderse este lunes, luego de que una unidad de la ruta Chilapa–Chilpancingo fuera incendiada al interior de su base.

Tras este nuevo ataque, las urvans del servicio urbano que aún operaban decidieron suspender labores y se retiraron de las principales calles y avenidas de la ciudad. La misma medida fue tomada por transportistas foráneos de rutas como Circuito Río Azul, Petaquillas, Palo Blanco, Tierra Colorada y El Ocotito, quienes se encontraban concentrados bajo el puente de la Fiscalía General del Estado, al sur de Chilpancingo.

Previo a este hecho violento, el delegado de Transportes en Guerrero, Arturo Salinas Sandoval, había declarado que el servicio público operaba apenas al 50 por ciento, con la expectativa de que se restableciera durante la jornada. El funcionario señaló que ya se había entablado diálogo con líderes transportistas, quienes demandaban principalmente garantías de seguridad, mismas que, aseguró, se estaban brindando con apoyo de fuerzas estatales y federales.

La situación también impactó al sector educativo. Desde el domingo, diversas escuelas públicas de nivel básico, medio superior y superior suspendieron clases para salvaguardar la integridad de alumnos y trabajadores. Únicamente algunos planteles privados mantuvieron actividades con normalidad; sin embargo, tras el nuevo atentado contra el transporte, optaron por retirar a sus estudiantes.

Cabe señalar que durante la madrugada de este lunes arribaron a Chilpancingo elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, con el objetivo de reforzar la seguridad en la capital y contener la ola de violencia contra el transporte público.