* Los profesionales de la construcción, que deberían garantizar el cumplimiento de la ley 685 en materia de conservación arquitectónica, realizan obras y modificaciones sin autorización que alteran la fisonomía de la ciudad
Alejandro Gómez
Aún y cuando la ley 685 de Conservación y Vigilancia aprobada por el Congreso Local, obliga al cumplimiento irrestricto de esa normatividad y la observancia de que las construcciones de la ciudad estén apegadas al estilo arquitectónico, integrantes de la Junta de Conservación y Vigilancia de Taxco (JCyVT) que cuentan con su nombramiento de Directores Responsables de Obra (DRO) son quienes realizan modificaciones que violan ese marco legal y alteran la fisonomía del destino.
Ingenieros y arquitectos que fungen como DRO y forman parte de la JCyVT para hacer cumplir la ley en la materia, asumen los roles de “juez y parte” al ser contratados por particulares para llevar a cabo una serie de obras y adecuaciones en inmuebles de la calle principal que conduce al centro de la ciudad, aunque dichos trabajos no cuentan con los permisos de ese organismo civil y atentan contra la legalidad, en una muestra evidente de tráfico de influencias y valores entendidos.
En las cercanías a palacio municipal se observan varias construcciones realizadas por integrantes de la JCyVT, quienes incumplen su obligatoriedad al efectuar trabajos que atentan contra la fisonomía arquitectónica de Taxco, bajo una presunción de “convenios económicos” y protección de la directiva de esa agrupación para continuar con la destrucción de la ciudad, cuando la ley 685 de conservación y vigilancia obliga a la protección del patrimonio en todo tipo de circunstancia.
Si bien ese marco jurídico avalado por el poder legislativo de Guerrero exige que todas las obras de construcción, modificación y adecuación deben contar con la autorización del ente regulador y cumplir con los requerimientos arquitectónicos, pero varios integrantes de la JCyVT son quienes violan la ley al realizar techados y alteraciones en edificios ubicados en el centro histórico, mientras el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) asume una actitud de aceptación.
De acuerdo con testimonios de profesionistas y conocedores de conservación y del entorno arquitectónico de Taxco, la citada ley vigente es muy clara en su contenido en cuanto al respeto de la fisonomía de la ciudad que debe vigilar la Junta de Conservación, los elementos que deben cumplir todas las construcciones y la prohibición de toda acción que afecte la imagen del “Pueblo Mágico”, sin embargo, los representantes del organismo son los principales destructores del destino.
Dejaron entrever la posibilidad de acuerdos monetarios y entendimientos entre integrantes de esa agrupación, para continuar con el desarrollo de obras que violan la ley de conservación y destruyen la ciudad, cuando su obligación al asumir el cargo fue el observar y aplicar las sanciones correspondientes a quienes atenten contra la normatividad y principalmente, cuando los infractores sean profesionistas de ese organismo que controlan y manipulan a la institución para su beneficio.
