México. —Este lunes entró en vigor un nuevo arancel del 20.91% a las importaciones de jitomate mexicano hacia Estados Unidos, una medida adoptada tras la cancelación del Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping sobre Tomates Frescos de México firmado en 2019.
La medida impuesta por el Departamento de Comercio estadounidense afectará directamente a los productores y exportadores mexicanos, quienes ya no podrán ingresar al mercado estadounidense sin pagar el impuesto compensatorio.
“El acuerdo actual no ha logrado proteger a los productores de tomate estadounidenses de las importaciones mexicanas a precios injustos”, argumentó la dependencia federal al anunciar la decisión en abril pasado.
México es uno de los principales productores mundiales de jitomate, responsable del 24.7% de la oferta global en 2024, según cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Estados Unidos, por su cercanía geográfica, es el mayor destino de exportación: en 2023, México envió 1.8 millones de toneladas de esta fruta, por un valor estimado de 2 mil 800 millones de dólares, de acuerdo con el Banco Mundial.
Mientras en México se prevé una caída en las exportaciones y afectaciones a los empleos ligados al sector agrícola, en Estados Unidos se anticipan aumentos de precios en productos que contienen jitomate, desde la venta directa en supermercados hasta alimentos procesados como salsa catsup, pizzas, pastas y ensaladas.
“Los precios al consumidor podrían aumentar en un 10% y la demanda disminuir un 5% como resultado de estos aranceles”, advirtió Timothy Richards, profesor de agronegocios de la Universidad Estatal de Arizona, en declaraciones a CNN.
Los restauranteros estadounidenses ya han expresado su preocupación por el incremento de costos, sumado al encarecimiento generalizado de los alimentos. Algunos reportan una reducción en el número de comensales que optan por comer fuera debido a los altos precios.
Estados como Florida y California, principales productores de jitomate en la Unión Americana, tienen ciclos de cultivo estacionales, por lo que dependen de las importaciones mexicanas durante ciertos meses del año. En contraste, México produce jitomate de forma continua durante todo el año, lo que le ha permitido mantener su liderazgo en exportación.
Este nuevo arancel se suma a una serie de medidas comerciales implementadas por la administración del presidente Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca en enero pasado.
México fue uno de los primeros países en recibir aranceles del 25% junto con Canadá a principios de marzo, bajo el argumento de que ambos gobiernos no están haciendo lo suficiente para contener la migración irregular ni el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
Aunque algunas de estas tarifas fueron suspendidas posteriormente, México sigue enfrentando gravámenes al acero, aluminio y ciertos automóviles que no cumplen con los criterios del T-MEC.
El nuevo recargo al jitomate representa otro capítulo en la relación comercial México-Estados Unidos, marcada en los últimos años por tensiones políticas, medidas proteccionistas y renegociaciones constantes del tratado comercial regional.
Las autoridades mexicanas aún no han anunciado una respuesta oficial, aunque se espera que el gobierno federal explore mecanismos de defensa comercial y apoyo al sector productivo afectado.