Desde muy temprano, cientos de familias y feligreses llegaron al Zócalo de Acapulco horas para conmemorar el Domingo de Ramos, una de las celebraciones más importantes para los católicos.
Con palmas en mano, niños, jóvenes y adultos se congregaron frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad, donde sacerdotes bendijeron las tradicionales ramas, símbolo de paz y esperanza, evocando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
“Cada año venimos con la familia para que bendigan nuestras palmas. Después las colocamos detrás de la puerta, para que nos protejan durante todo el año”, comentó doña Teresa López, vecina del centro de la ciudad.
A lo largo del día, vendedores ambulantes de distintos puntos del estado, comenzaron a colocarse para ofrecer palmas decoradas con figuras de cruces y trenzados, mientras que los visitantes y locales aprovechaban para tomarse fotografías o entrar a la catedral para obtener un momento de reflexión y devoción.
Está celebración marca el inicio de la Semana Santa, y para muchos asistentes, representa no solo una tradición religiosa, sino también un momento de reflexión y unión con la familia.
Hasta el momento las autoridades municipales, reportan una jornada tranquila y se aprecia el resguardo de elementos de la Guardia Nacional quienes están atentos al flujo de feligreses.