Michel Vargas
ACAPULCO. —Con motivo de la conclusión de la Semana por la Vida, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González hizo un llamado a la reflexión ciudadana y la oración para fortalecer el compromiso con la vida humana.
En su mensaje dominical destacó la importancia de valorar y proteger el don sagrado de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. Aseguró que cada vida es un regalo divino que debe ser acogido con valentía y defendido contra los males que amenazan su dignidad.
El arzobispo expresó su preocupación por la creciente “cultura de la muerte” que se ha infiltrado en la sociedad moderna.
Señaló que esta cultura se manifiesta de múltiples formas, desde la promoción del aborto hasta la violencia generalizada, el narcotráfico y la delincuencia organizada, que han transformado diversas regiones del país en zonas de guerra. Dijo que las ejecuciones, los asesinatos y la desaparición de personas han marcado profundamente la realidad de las calles, afectando el tejido social de las comunidades.
“Las crueles ejecuciones y los asesinatos en nuestras calles, la desaparición de seres queridos de nuestras familias, la tan pesada opresión de la extorsión, el cobro de piso o de cuota son manifestaciones de muerte muy cercanas, entre nosotros”, comentó.
González González invitó a los fieles a formar una “conciencia recta y verdadera”, capaz de distinguir el bien del mal, basándose en la razón y la sabiduría del creador.
En su mensajese refirió también a la vida en todas sus etapas, desde el niño recién concebido hasta el adulto mayor, pasando por aquellos que atraviesan situaciones de pobreza, enfermedad o marginalidad. El arzobispo de Acapulco, subrayó la responsabilidad moral de todos los seres humanos de proteger la vida, sin importar su edad o condición.
Finalmente, González González hizo un llamado a la conversión, instando a todos los miembros de la sociedad, incluyendo a aquellos involucrados en actividades criminales, a cambiar su vida. En su mensaje, enfatizó la importancia de la colaboración ciudadana en la construcción de una sociedad más justa, libre de corrupción y violencia.