Alexis Blancas
Luego del reciente sismo de magnitud 6.1 registrado el pasado fin de semana, se generó un nuevo socavón en la colonia San Rafael Norte de la capital, causando temor entre los vecinos que transitan por la calle Chilpancingo, donde el pavimento presenta hundimientos que ya han afectado varias viviendas.
Para evitar accidentes, los habitantes improvisaron barreras de seguridad y colocaron ramas de árboles y cintas rojas de “precaución” en el lugar, restringiendo el paso de vehículos y transporte público.
Pese a que los hundimientos aún son pequeños, los colonos temen que el problema se agrave con el tiempo debido a que ya son varios los que se han generado en esa zona que, de acuerdo a un dictamen de Protección Civil, es considerada de alto riesgo.
Una de las habitantes afectadas expresó que viven con el temor de transitar diariamente por esta calle, sin embargo es la única opción para llegar a su vivienda, además de que después de todo este tiempo y que la zona sea considera de alto riesgo para ser habitada, las autoridades aún no les dan una respuesta de una posible reubicación y ellos no cuentan con el recurso necesario para salir y pagar una renta.
Cabe señalar que el tema de los socavones no es nuevo para la San Rafael Norte, pues en repetidas ocasiones se han ido generando, incluso en el pasado mes de agosto, una pipa de agua se hundió en la misma calle debido al colapso del drenaje, por lo que elementos de Protección Civil acudieron para realizar sacar la unidad del pozo.
En cuanto a los socavones, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Estado informó que la zona norte de Chilpancingo enfrenta un fenómeno de licuefacción, una condición geológica que provoca deslizamientos de tierra y ha generado severos daños en las colonias San Rafael Norte, Ampliación San Rafael Norte, Terrazas, Casas Geo, 21 de septiembre, Santa Julia, entre otras.
Los vecinos hicieron un llamado urgente a las autoridades municipales y estatales para intervenir y garantizar su seguridad, ya que aseguran, no pueden seguir viviendo con el miedo de que pueda haber un deslizamiento mayor y sus viviendas lleguen a colapsar.