* Fijó una postura tras haber sido encontrado inconsciente en un motel de Ocotepec, en el vecino estado de Morelos; además salió positivo a cocaína y benzodiacepina

 

Jesús Saavedra

 

El obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza dio a conocer que no va a presentar ninguna denuncia en contra de “todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquéllos que me han revictimizado producto de la desinformación”.

Este miércoles la Conferencia del Episcopado en México (CEM) difundió un comunicado firmado por Rangel Mendoza, quien públicamente fijó una postura tras haber sido encontrado inconsciente en un motel de Ocotepec, en el vecino estado de Morelos.

En el comunicado el prelado católico se dirige “a todo el pueblo de Dios a través de este comunicado para informarles lo siguiente: después de haber hecho oración, meditado profundamente y de haber consultado con mis seres queridos, tanto del clero como laicos y, en razón de que lamentablemente mi
vida, edad y mi salud están en condiciones desfavorables”.

El obispo emérito, indicó que siguió “los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he
sido víctima, así como a aquéllos que me han revictimizado producto de la desinformación”.

Y adelantó que en el ejercicio de sus derechos constitucionales, “no presentaré ninguna denuncia contra las personas que tanto mal me han hecho. Y pido a los medios de comunicación me comprendan y respeten mi decisión encaminada al bien de mi seguridad e integridad física y moral”.

Salvador Rangel, agradeció “infinitamente a todas las autoridades, tanto legales como eclesiásticas, que han colaborado en este caso, y de manera muy especial al maestro, Luis Gasca, quien ha sido mi abogado”.

También agradeció “a todas las personas que se han solidarizado conmigo. Mi especial gratitud a todos aquellos que hicieron oración por mi vida y por mi pronta recuperación”.

El 27 de abril el obispo emérito perdió contacto con todas las personas y lo último que se supo es que estaba en su domicilio en Jiutepec, en el estado de Morelos; se dieron parte a las autoridades e iniciaron una investigación por desaparición forzada.

El CEM manifestó su preocupación el lunes a través de un comunicado y pedía a los captores para que liberaran y no le hicieran daño al obispo emérito.

El mismo lunes Salvador Rangel Mendoza fue localizado en el Hospital General de Cuernavaca donde fue ingresado el domingo por la tarde, sin identificaciones y tras haber sido encontrado inconsciente en el interior de un motel de la población de Octepec.

El lunes el Fiscal de Morelos, Uriel Carmona adelanto que Rangel Mendoza podría haber sido víctima de un secuestro exprés y que esperarían que rindiera declaración para ahondar en la investigación.

El jueves 2 de mayo el encargado de la Seguridad en Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros aseveró que lo que le sucedió al obispo emérito no fue un secuestro exprés y que de acuerdo a su investigación había ingresado sin ser forzado al motel donde fue hallado, acompañado de otro hombre.

En los medios de comunicación se filtró el alta médica voluntaria que firmó Rangel Mendoza para salir del Hospital General de Cuernavaca el lunes por la noche.

En esa alta médica voluntaria se le informó que en los análisis de sangre que se le practicaron al obispo salió positivo a cocaína y benzodiacepina que es una sustancia activa que se utiliza como tranquilizantes
y es el principal activo de medicinas como el Diazepam o Valium.

El reporte médico también establece que en el motel no encontraron ninguna identificación del obispo y en una de las bolsas de su pantalón encontraron un blíster, que contenía dos pastillas de un medicamento que utiliza el sildenafil es utilizado para tratar la disfunción eréctil o la
hipertensión pulmonar.