El secuestro y asesinato de Camila, en Taxco, ha generado una profunda indignación en el estado y desencadenó una serie de eventos que revela la decadencia social y la debilidad institucional.

Las declaraciones del Secretario de Seguridad Ciudadana, Movilidad y Protección Civil de Taxco, Doroteo Vázquez, insinuando negligencia materna en el cuidado de la niña, han enardecido las redes sociales, ya que Vázquez sugirió que la falta de precauciones de la madre pudo haber contribuido a la tragedia, lo que ha generado indignación generalizada.

“Es que hay que señalar que no podemos juzgar porque viéndolo desde el punto de vista, hubo una responsabilidad maternal y hay una omisión, porque si yo como padre tengo un hijo debo vigilarlo, orientarlo y guiarlo. Aquí la mamá, supuestamente, dejo salir a la niña sin percatarse, sin las medidas de seguridad pertinentes porque ella refería que la persona que falleció era su amiga”, dijo Vázquez en entrevista a medios de comunicación.

El caso de Camila ha puesto al descubierto la violencia y la inseguridad que se vive en el estado. La comunidad de Taxqueña implementó un operativo de búsqueda tras la desaparición de la niña, pero el trágico hallazgo de su cuerpo en bolsas negras en la ruta Taxco-Cuernavaca culminó con el linchamiento y asesinato de la presunta culpable, así como la agresión y posterior detención de su hijo y su pareja sentimental, presuntamente complices del hecho.

Los actos de justicia por mano propia reflejan una profunda crisis de confianza hacia los mecanismos de justicia, y las declaraciones del funcionario municipal no abonan a la pacificacion ni al esclarecimiento del delito ocurrido, y de buscar justicia para que la muerte de Camila no quede impune.