ACAPULCO. —En una intensa jornada de cinco días, integrantes del colectivo Memoria, Verdad y Justicia, junto con la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, se embarcaron en la difícil tarea de localizar los restos de dos hombres en el cerro de la colonia Nuevo Puerto Marqués. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos desplegados, los resultados positivos se mantienen esquivos hasta el momento.
Acompañados por diversas autoridades como la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, la Policía Ministerial, la Unidad Canina de la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Marina, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, los participantes enfrentaron los desafíos inherentes a un terreno agreste y escarpado.
La búsqueda se centró en encontrar a Luis Ángel Tornez Manrique, desaparecido en abril de 2017, y a José Luis Ramírez Delgado, cuyo paradero se desconoce desde junio de 2022. A pesar de los esfuerzos y el tiempo dedicado, los resultados no fueron favorables.
La representante del colectivo, Socorro Gil Guzmán, destacó la falta de recursos y la dificultad para obtener información de las autoridades, especialmente tras el paso del huracán Otis, que parece haber afectado la documentación relacionada con las investigaciones de personas desaparecidas.
La jornada de búsqueda, que comenzó desde el Centro de Inclusión Ciudadana (CICI) y se dirigió hacia la colonia Nuevo Puerto Marqués, implicó un arduo trabajo entre rocas, ramas y terreno resbaladizo. A pesar de la determinación de aproximadamente 25 familiares, activistas y empleados de diversas instituciones, la extensión del área de búsqueda y las condiciones del terreno complicaron la tarea.
Aunque se encontraron algunas prendas de vestir durante la búsqueda, no se hallaron restos humanos. Esto subraya la complejidad y la necesidad de continuar con los esfuerzos de búsqueda en la zona.
Además, la madre de Jonathan Guadalupe Romero Gil, quien también está desaparecido, recordó la importancia de estas acciones y la falta de avances en las investigaciones, así como las dificultades para organizar las búsquedas debido a la falta de recursos y apoyo gubernamental.
La presencia de buscadoras de otras regiones, con experiencia acumulada en años de búsqueda, resalta la necesidad de compartir conocimientos y estrategias entre las diferentes comunidades afectadas por la desaparición de personas.
A pesar de los desafíos, el compromiso de los participantes persiste, impulsado por la búsqueda de respuestas y justicia para quienes aún esperan ser encontrados.