David Martínez Téllez
Lo que hemos visto de la inteligencia artificial se ha quedado en aplicaciones de ediciones de voz y vídeo.
Es la voz y el rostro, pero no coindice el movimiento de la boca con lo que se expresa. Esto lo han practicado en vídeos. En audios es más complejo identificar esa inteligencia artificial.
Para bromas es extraordinario el uso de la inteligencia artificial. En la política es difícil pero se logra descifrar el embuste.
Antes de esta aplicación de la inteligencia artificial, los audios y más lo vídeos eran irrefutablemente un testimonio.
Antes, los audios sólo podían ser grabados por del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). Los vídeos eran producto de quien quería tener una prueba fehaciente de compromisos adquiridos.
El sistema de grabación de teléfonos privados y particulares era exclusivo del CISEN, los recursos los administra el gobierno y con ellos tiene la capacidad económica para comprar ese tipo de equipo.
Avanza la tecnología, y, hoy a través de una computadora y un hábil conocedor del sistema cibernético puede ingresar a computadoras con la etiqueta de inviolables.
Pegasus, por ejemplo, ha dado a conocer información clasificada como secreta y que orienta a conocer que existe corrupción en diferentes dependencias mexicanas. La secrecía quiere decir oculta por algún tiempo. Pero no que sea falsa.
Hasta aquí me voy a referir a documentos.
En cuanto a vídeos, en estos momentos circula uno donde el poder ejecutivo federal mexicano, besa en la boca a una mujer, luego del ósculo se toma una selfie.
Al parecer a la dama no le incomodó ese arrumaco. Pero en una lectura feminista es un abuso de alguien quien tiene poder.
Debería ser un escándalo social y más de grupos feministas. Porque eso es, sino acoso, por le menos atropello misógino.
En este vídeo no se observa rasgo de uso de inteligencia artificial.
Lo que se ve queda como una evidencia de arbitrariedad política. O uso o dominación de poder.