David Martínez Téllez
Domingo. 7 de la noche. Centro comercial en Chilpancingo.
Fila inusual en las cajas de pago. Su forma de vestir indica que vive en Acapulco.
La primer conclusión: pérdidas materiales. Victimario: Otis.
“Me vine a la capital porque ya es insoportable el puerto. Basura, y ausencia de luz. Empeora por los olores y “mis hijos comenzaban a enfermarse”.
“No quería venir, a los niños no les gusta “Chilpo” porque sienten frío.
“Vivo cerca de la costera y el servicio de luz apenas y nos da para prender un foco; un ventilador es demasiada carga , gira y se apaga, prende y luego deja de funcionar.
Ya han pasado más de diez días y la basura inunda las calles.
“Hemos realizado limpieza de la casa, pero de qué sirve si son cerros de basura en las calles”.
“El calor descompone los alimentos”.
En esas condiciones decidió, hoy por la mañana, venir a Chilpancingo.
“Veo la televisión y dicen que ya hay luz y que están entregando agua, pero es insuficiente”.
“Estimo que estamos por el 10 por ciento de energía eléctrica y en general con todos los servicios.
Ya estamos en la ciudad capital y no creo que esto se vaya a solucionar en diciembre, como dicen.
Esta es una de las miles de historias que expulsó un fenómeno natural.