POR: R. SALGADO LEYVA

     El próximo domingo 3 el Frente Amplio por México anunciará a quien postulará a la Presidencia de la República, lo que también ocurrirá en el Movimiento de Regeneración Nacional el día 6 de septiembre. Las dos coaliciones políticas vienen precedidas de mecanismos internos de elección aparentemente democráticos que culminarán mediante la realización de encuestas y algunos otros procedimientos con la idea de infundir que son resultado genuino de la voluntad popular.

   Lo ocurrido en los últimos días en el Frente Amplio por México complicó ligeramente el panorama a raíz de lo observado en los foros regionales, en los que destacaron visiblemente los experimentados atributos de Beatriz Paredes, que despertaron mayor interés en la contienda, ante una Xóchitl Gálvez más limitada pero espontánea, perseverante, y quien continúa cosechando grandes simpatías ciudadanas.

   El levantamiento de encuestas promovidas por el Comité Organizador se encontraban en franco desarrollo y los resultados arrojaron 15 puntos en favor de Xóchitl Gálvez, anunciándose que el mismo domingo 3 se lograría realizar la elección interna en urnas, como fase complementaria al proceso; sin embargo, circularon versiones de que este último procedimiento estaría expuesto a “extrañas intervenciones” y que se correrían riesgos que podrían dañar el proceso. Sobra decir que llevar este proceso hasta su culminación hubiese significado mayor legitimidad en el logro del objetivo, por sobre ello la declinación de Beatriz Paredes obedeció a reflexiones y razonamientos que priorizaron lo fundamental y la decisión final ha sido tomada en favor de la ingeniera Xóchitl Gálvez.

   En lo referente a los aspirantes de Morena, para nadie resultará sorpresivo que la elegida sea Claudia Sheinbaum Pardo. Las constantes muestras de simpatía del Señor Presidente, las abiertas inclinaciones de más de 20 gobernadores y de decenas de servidores públicos, así como la desbordada exposición mediática en miles de espectaculares, pintas de bardas y muros, que son contundentes evidencias, son razones de sobra para suponer que es la gran favorita.

   De los seis personajes que durante 70 días se dieron a la tarea de hacer festivos recorridos y concentraciones tumultuosas a lo largo y ancho del país, solo dos han destacado en la búsqueda de ser favorecido por la voluntad del “único y poderoso gran ciudadano”, quien se encuentra decidido a velar de que su  reemplazo se dé en las mejores condiciones. Nadie podrá pecar de ingenuidad y Marcelo Ebrard lo ha sabido siempre, desde los inicios en su insistencia de pedir “piso parejo” hasta la fecha, quien continúa empeñado en seguir en la contienda a pesar de que debe estar convencido que no representa al personaje de las preferencias presidenciales y para borrar de tajo todo tipo de duda el Señor Presidente sentenció en su visita a Cuajinicuilapa el pasado fin de semana: “no se me desesperen mucho, acuérdense que yo tardé y fueron tres veces”. Y añadió: “la tercera es la vencida, para que no vayan a quedar ahí muy tristes”.

      Este mensaje inequívoco y su estinatario no deja espacio a la incredulidad, ni tampoco que esta decisión ha estado tomada desde hace más de 20 meses. A pesar de todo, el Señor Presidente reitera: “se acabó el dedazo, el acarreo y la cargada, ahora es el pueblo el que manda y si se equivoca, seguirá mandando”.

   El panorama político prácticamente se ha despejado. Salvo algo insólito, serán Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez las candidatas presidenciales. Corresponderá al juicioso criterio de los ciudadanos definir el rumbo y destino de un país urgido de mayores y mejores condiciones de seguridad, salud, educación y bienestar.