Juegos de Poder, por Federico Sariñana

En su visita a Guerrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador no solo mandó mensajes —muy claros— en lo local, sino que también aprovechó para adelantar lo que seguramente vendrá en los próximos días en la definición del candidato de su partido (y aliados) a sucederlo en el cargo.

El diario El Sur recoge este lunes declaraciones donde el presidente pide a sus corcholatas “no darse por vencidos si no los escogen” y “seguir en la lucha”, al asegurar que “va a ser el pueblo el que va a decidir, se acabó el dedazo, nada de que, a ver la señal, nada de que el tapado, nada de que el acarreo, nada de la cargada, todo eso pertenece a la época antidemocrática, cuando se imponían a las autoridades”.

Sin embargo, en los hechos ha sido evidente el respaldo oficial y, precisamente esa “cargada” hacia Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Manuel Velasco, senador y propuesta del PVEM; Gerardo Fernández Noroña, diputado federal y propuesta del PT, así como el senador Ricardo Monreal y el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López mantuvieron un discurso mesurado hacia el presidente y la propia Sheinbaum. La única voz inconforme fue el excanciller Marcelo Ebrard.

Y precisamente, ante la queja de Ebrard de esa “cargada”, López Obrador aseguró hace unos días que “todos se habían portado bien”, que ningún gobernador había incurrido en falta y que eso era tema del pasado.

Las encuestas y los mensajes en las últimas semanas han sido consistentes y el único riesgo de fractura se ha centrado en Ebrard, pues el propio Monreal, hace unos días en Acapulco, descartó una posible salida y aseguró que “nadie debía de quejarse del resultado de las encuestas” pues el único que no tenía representación en esa mesa de negociación era precisamente él al haber cedido su lugar al excanciller.

La pregunta de los próximos días es: ¿hasta dónde será el enojo del que no resulte elegido “por el pueblo”?

PD: “En Morena no pasa nada que no autorice el presidente”, un importante militante de ese partido.