El obispo emérito Salvador Rangel Mendoza consideró que “ya hay una pequeña esperanza” de contener el aumento de la violencia que se ha registrado recientemente en Chilpancingo, porque emisarios de grupos delictivos que están confrontados se han acercado a él para pedirle que sea como mediador para lograr la pacificación de la región Centro del estado.

En declaraciones que hizo a medios nacionales, el prelado dijo que “por motivos de seguridad” no daba nombres ni las siglas de algún grupo, pero explicó que “yo estoy buscando hablar con personas que tengan un peso fuerte” entre los grupos delictivos confrontados para lograr que acuerden una tregua.

Monseñor Rangel Mendoza explicó que “de nada nos sirve que manden miles de guardias nacionales, soldados y policías, pues es gente que no conoce el estado, que no tiene cariño por el estado y entonces, por más que manden esto no va a funcionar”.

“En esta ocasión yo también estoy dispuesto, ya escuché y me mandaron unos recaditos para decirme (preguntar) que si puedo intervenir; yo dije que sí, sólo que haya la buena voluntad de cumplir los compromisos que se lleguen en esas pláticas”, explicó.