Alexis Blancas

La tarde de este jueves, elementos de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil acudieron a la colonia 1 de Mayo para ampliar el acordonamiento de la zona de riesgo por el derrumbe que ocurrió el pasado 5 de mayo.

Doña Petra, quien es la propietaria de la última casa señalada como no habitable, indicó que después de haber sido desalojados del albergue temporal que estaba instalado en el gimnasio de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), regresó junto con sus dos hijos y su padre a vivir en su casa, pero que desde ese día las noches para ella se han convertido interminables, porque ya no duermen y viven con el temor de que una desgracia pueda ocurrirles, debido a que por las noches la tierra cruje y suena, quizás anunciando que pueda ocurrir otro accidente.

Frente a la señora Petra vive doña Silvia Santos, quien relató que ella llegó a vivir hace 25 años en ese lugar, donde con la ayuda de sus hijos hasta sembraron árboles frutales en un terreno que hasta entonces parecía estable, pero lamentablemente la circunstancias ahora son otras.

Comentó que después de que alrededor de 15 viviendas quedaron literalmente al borde del abismo, el perímetro se amplió y ahora también a ella le han notificado que debe dejar su vivienda.

Señaló que son tres familias las que habitan en su casa: su hija, quien es madre soltera; su nuera y otro nieto, quienes tienen su futuro incierto por el temor de perder también su patrimonio como sus demás vecinos.

En cuanto a doña Petra, el futuro para su familia es más complicado y desolador, pues las grietas que se habían formado en su casa desde el inicio del derrumbe, siguen creciendo, y su vivienda ya es consumida casi en un 80 por ciento y ella tuvo que habilitar un pequeño espacio de su corredor donde acondicionó su recámara, cocina y lo poco que rescató de su patrimonio.

Indicó que en ocasiones sus vecinas, que también saben que están en riesgo, de vez en cuando le ofrecen un vaso de agua y hasta cobijo, pero el orgullo de Petra también es fuerte, no se va ir hasta que esto se derrumbe. Al final está en riesgo el patrimonio que soñó que un día sus pequeños hijos tuvieran y ahora lo están viendo perder.

Reprochó que después de haber sido desalojados del albergue temporal, ninguna autoridad les ha ofrecido una solución y se han limitado a pedirles que se vayan del lugar junto a su familia, pero sin darles una opción a donde ir.

Asimismo, reclamó que lo único que les han llevado es una despensa raquítica, que no resuelve su mayor problema, porque si su casa se derrumba no tendrán donde vivir.