Por Fernando Hernández Ramos.

El Estado en su conjunto debería de fortalecer al Pueblo para que este tenga más capacidades para fiscalizar, en tiempo real, las acciones gubernamentales; y que la sociedad pueda revisar que efectivamente se cumpla cabalmente con el ejercicio del dinero público; además de monitorear el avance de los planes y programas de carácter nacional, así como estatal.

La denuncia ciudadana es clave para detectar posibles riesgos en materia de corrupción, la cual continúa siendo el problema número uno del país; será imposible un cambio real en México y América Latina si no existe un combate frontal a esta enfermedad que, en muchas ocasiones ha impedido el desarrollo institucional, el cumplimiento de metas, objetivos y una verdadera transformación y consolidación de una verdadera democracia republicana.

En Guerrero la Ley 465 de Responsabilidades Administrativas para el Estado, prevé la posibilidad de presentar denuncias anónimas, por medios electrónicos ante la presunción de conductas o hechos cometidos por funcionarios que pudieran ser considerados como actos de corrupción: 

Incumplimiento de funciones y atribuciones; el no denunciar actos u omisiones de los servidores públicos; peculado, desvío de recursos públicos; tráfico de influencias; utilización de información falsa -para obstaculizar el derecho de acceso a la información pública-, uso indebido de recursos públicos, colusión con particulares en materia de contrataciones públicas; y sobre todo una que resulta de gran preocupación: causar daños, a la hacienda pública, de manera intencional o por omisión.

Resulta alentador que en la administración actual se continúe con la instalación de buzones transparentes, una estrategia que es coordinada por la Secretaría de Contraloría y Transparencia Gubernamental. Y es que las personas de a pie tienen información de primera mano sobre el trabajo que desarrollan los funcionarios; demuestra inteligencia política el gobernante que sale de la oficina y escucha al Puebloel mejor asesor en materia de administración pública que podría contratar…

En este sentido resulta necesario que el Sistema Estatal Anticorrupción, implemente un mecanismo efectivo y verdaderamente ciudadano de denuncias como parte de una cruzada de prevención, detección y sanción de faltas administrativas, pero sobre todo contra delitos en materia de corrupción.

Altamirano y Benito Juárez, nota al margen.

Debieron haber pasado muchos pensamientos por la cabeza del ilustre Ignacio Manuel Altamirano, cuando en 1861 pronunció su discurso Contra la Amnistía…no debió haber sido nada fácil para el tixtleco, llevarle la contra al también ilustre Benito Juárez. No habían pasado muchos meses desde que el oaxaqueño había hecho su entrada “triunfal” a la Ciudad de México, con lo que se ponía una pausa a la desgarradora Guerra de Reforma, movimiento que dio forma a la República Mexicana.

“(…) Pero nosotros ¿nos hallamos en ocasión de perdonar? He aquí la cuestión. Y puede responderse con igual exactitud: “Ya no es tiempo o todavía no es tiempo”, cuestionaba Altamirano desde la tribuna.

Vaya valor del destacado alumno de Ignacio Ramírez, El Nigromante, al poner los puntos sobre las íes, en no despegar los pies de la tierra; era el tiempo de los liberales de México…Ponérsele a Juárez, fue un asunto de alta política, y no de grillitas de pasillo.

Reflexión que se desprende un conversatorio reciente, con el Dr. David Cienfuegos Salgado, profesor investigador de la UAGro.