• El exrepresentante de ese partido ante el IEPC aceptó que los órganos electorales deben transformarse, pero en ese proceso deben participar todos los partidos políticos  

Gilberto Guzmán

Sergio Montes Carrillo, exconsejero estatal del partido Morena, admitió que de aprobarse la reforma electoral como la propone el presidente López Obrador, se corre el riesgo de que el gobierno en turno controle los procesos electorales, como ocurría durante los gobiernos del PRI.

En entrevista, el también exrepresentante de Morena ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IPEC) comentó que el partido hegemónico, Morena, al darse cuenta de que, aun con sus aliados en la Cámara de Diputados, no tendrá los votos suficientes para la mayoría calificada que se requiere para los cambios constitucionales y la aprobación de la Reforma Electoral, ha optado por aplazar la votación y negociar, en lo que ha denominado su Plan B.

Indicó que la reforma electoral que propone el presidente Andrés Manuel López Obrador plantea la modificación de 18 artículos, pero al no tener los votos para ello recurren a otro plan, basado en la modificación legal de leyes secundarias.

“Es decir, van a tratar junto con sus aliados el partido hegemónico, de modificar lo que es la LEGIPE —Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales—, la Ley de partidos políticos, la de medios de impugnación, todas esas leyes que parten del 41 constitucional tendrán que modificarse en lo que el partido hegemónico y sus aliados establecen como la prioridad para modificar”, señaló.

Apuntó que el discurso oficial establece que lo que se busca es que la democracia cueste menos, porque la democracia en México ha sido muy cara al estar basada en la desconfianza, porque al sistema electoral siempre se le han hecho reformas pensando en cómo evitar el fraude, cómo buscar candados y candados y eso fue encareciendo la democracia, la participación política y por eso argumentan que se trata de bajar el costo que representa la operación de los órganos y tribunales electorales, así como el financiamiento millonario a partidos políticos.

Montes Carrillo estimó que el 6 de diciembre se verá la crónica de una votación anunciada por parte de los partidos opositores contra la reforma electoral.

Opinó que el INE y los demás órganos electorales se tienen que transformar, pero el partido hegemónico no ha sabido explicar qué tipo de democracia está proponiendo.

“Si el partido hegemónico, donde yo aun milito, nos está proponiendo una democracia como la que vimos internamente en el proceso interno de agosto de este año, gracias pero no, yo no espero ver a un Jacinto González Varona, a una Esther Araceli, a un Ignacio Vázquez Memije, a un Iván Hernández dirigir un proceso electoral constitucional como juez y parte, donde no se midieron en hacer fraude interno, donde en la Comisión Nacional de Elecciones del partido está cancelada la democracia, a mí me da pánico que se pueda tener una situación de esa naturaleza en donde no se respetan ni los mínimos conceptos de democracia ni de tener los aspectos más mínimos de la competencia electoral”, afirmó.

Advirtió que de aprobarse la reforma electoral como la propone el presidente López Obrador se corre el riesgo de que el gobierno en turno controle los procesos electorales, como ocurría durante los gobiernos del PRI.

“Por eso es importante que la negociación se dé donde se tiene que dar, en la Cámara de Diputados, y todos los partidos políticos tienen que modificar, pero estamos en un discurso muy polarizado, donde este país se divide en chairos y fifís, donde si tú eres panista de antemano te descalifico, y como soy morenista de antemano me descalificas, no me escuchas lo que estoy proponiéndote, y entonces nos estamos perdiendo como sociedad una oportunidad para poder construir al árbitro electoral que necesitamos”, indicó.

Agregó que aunque el INE es un instrumento del viejo régimen y está formado por cuates y cuotas, lo que propone el Morena, convertirlo en un satélite de las decisiones tampoco es positivo y tampoco se puede permitir que el árbitro electoral pase de ser manejado por el viejo régimen a que ahora lo maneje la 4T.