• De acuerdo con testimonios de pobladores, fueron unos 300 sicarios los que atacaron simultáneamente el palacio municipal y la casa en donde el alcalde Conrado Mendoza encabezaba una reunión con colaboradores y amigos 
  • El número de víctimas sería 23, porque a al menos 3 muertos se los llevaron sus familias a sus lugares de origen el mismo día de los hechos de violencia

Jesús Saavedra

SAN MIGUEL TOTLAPAN.— Dolor, miedo y zozobra dejó entre la población de esta ciudad la masacre perpetrada por un grupo de al menos 300 sicarios fuertemente armados, el miércoles pasado, en la que murieron, oficialmente, 20 personas (23 de manera extraoficial), entre ellas el alcalde Conrado Mendoza y su padre, Juan Mendoza.

Las familias de las víctimas exigen a las autoridades que se haga justicia.

De acuerdo con testimonios de habitantes de esta cabecera municipal, poco después de la 1 de la tarde del miércoles pasado, llegaron al menos 300 hombres armados —que en un video se han identificado como Los Tequileros—, la mayoría vestidos con ropa tipo militar y otros de negro, quienes atacaron a balazos de manera simultánea el palacio municipal y un domicilio particular en el que hay un auto lavado, donde el alcalde encabezaba una reunión con personas cercanas y colaboradores.

Frente al palacio municipal se había instalado apenas el pasado 28 de septiembre una feria en honor a San Miguel Arcángel que concluiría el próximo 8 de octubre, por lo que muy cerca había juegos mecánicos ynegocios de comida en la vía pública. A un costado y frente a la cancha techada se había instalado un templete con sonido, donde todos los días había bailes en las noches.

El grupo que atacó a balazos contra la fachada de la sede del Ayuntamiento realizó más de 300 disparos de frente y contra el costado derecho del inmueble.

En ese lugar cayó muerto el joven Eric Contreras, de 15 años, quien circulaba en su motocicleta y desafortunadamente quedó en medio de las ráfagas de las armas de grueso calibre disparadas por los sicarios de Los Tequileros.

Frente al palacio municipal todavía este jueves había decenas de cascajos percutidos de rifles de asalto AK-47 y AR-15, mientras que en las paredes del inmueble se observaban en las paredes los huecos que dejaron las balas que se impactaron, como si fuera queso gruyere.

A unos 300 metros de palacio, sobre la calle Emiliano Zapata, se registró el ataque más letal de estos hechos de violencia, donde quedaron la mayoría de las personas asesinadas.

Es una casa que tiene un portón negro, propiedad de Javier Domínguez, donde funcionaba el auto lavado ‘Totolapan’ y se desarrollaba una reunión que encabezaba el alcalde perredista, Conrado Mendoza y su padre, el exalcalde Juan Mendoza.

A ese lugar arribó otro grupo de sicarios fuertemente armados que ingresaron de manera sorpresiva y acribillaron a los presentes en la reunión. En el interior quedaron los cuerpos sin vida de 18 personas asesinadas a tiros.

Entre ellos el propietario, Javier Domínguez, su hijo un menor de edad de 12 años; el alcalde Conrado Mendoza y su padre el exalcalde, Juan Mendoza; Gustavo Salazar, quien tiene nacionalidad estadounidense y era cuñado del alcalde perredista; también murió el director de Seguridad Pública, Freddy Martínez Suazo; el delegado de la Jurisdicción Sanitaria en Tierra Caliente, Araujo Marcos; dos escoltas de Juan Mendoza Acosta; el excandidato a la alcaldía del PAN, José Alberto Slim Tirado, quien recién llegaba de Estados Unidos y se incorporaba a las reuniones que convocaba el alcalde perredista.

Afuera de ese lugar quedó una ambulancia de traslados de la Secretaría de Salud con número 1866 y una urvan del servicio público de transporte de la ruta de San Miguel Totolapan-Arcelia.

Los ataques con armas de alto poder en ambos lugares se prolongaron durante media hora, indicaron vecinos de esta localidad, quienes en su mayoría están temerosos y pidieron la urgente intervención del gobierno federal y estatal para restaurar el orden en este municipio de Tierra Caliente.

Los vecinos de esta población informaron que el grupo fuertemente armado ingresó por el acceso principal a San Miguel Totolapan y huyeron hacia la localidad de La Gavia, hacia la zona de la Sierra, y donde se ubicaba la guarida de quien fuera líder de Los Tequileros, Raybel Jacobo Almonte, quien mantuvo asolada a la población de esta región durante varios años debido a la violencia con que cometía secuestros y asesinatos.

A los vecinos les molestó que hasta este jueves poco después de las 12 del día, llegara el grupo de peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) a realizar sus diligencias y se encontraron a un cortejo fúnebre que se dirigía hacia el panteón de la localidad.

Ese cortejo fúnebre era del señor Martín Crescencio Lozano, quien se dedicaba a vender paletas de hielo y de manera fortuita le tocó estar en el auto lavado justo cuando ocurrió el ataque de Los Tequileros.

Martín Crescencio Lozano fue sepultado casi a la 1 de la tarde en el panteón municipal, Sus familiares y amigos exigieron que se haga justicia.

En ese lugar, los albañiles que trabajan auxiliando en los sepelios de las víctimas dieron a conocer que el miércoles por la tarde fueron sepultados 3 personas y que este jueves serían sepultados otras 16, entre ellas Martín Crescencio Lozano. Informaron además fallecieron otras 3 personas más no eran de la cabecera municipal, pero que el mismo miércoles se los llevaron sus familiares a sus lugares de origen, uno de ellos del pueblo Valle de Luz.

De acuerdo con esos datos, contando a esas 3 personas que no eran de esta cabecera municipal, el número de víctimas de esta masacre se elevaría a 23 personas.

En el panteón de este lugar, una máquina de excavación estaba abriendo varias fosas para sepultar a las personas asesinadas y que eran vecinas de esta cabecera municipal.

Don Guillermo Martínez Limones es habitante de esta cabecera municipal y explicó que era compadre del alcalde perredista que fue asesinado el miércoles. “Estamos preocupados, esa gente mala vino a afectar la paz y la tranquilidad, siento mucho este artero ataque por mi compadre el presidente municipal que bautizó a uno de mis hijos”.

Pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda que volteen los ojos a San Miguel Totolapan, porque “la verdad estamos espantados, queremos que regrese el orden, que se castigue a estos delincuentes que dejaron luto en este municipio”.

El pánico y la zozobra entre los habitantes de este municipio es evidente a pesar de la presencia en este lugar de efectivos de la Marina, del Ejército, de la Policía del Estado y de la Policía Ministerial.

Durante el sepelio de Martín Crescencio empezó a correr el rumor de que habían regresado los sicarios a “atacar”, lo que provocó sicosis entre varios asistentes al panteón que corrieron a la salida.

Una mujer entre sollozos exclamó: “¡ay Dios mío, estas gentes desgraciadas ya regresaron!”, mientras corría jalando de la mano a su hija de unos 8 años de edad.

En el acceso principal de esta localidad fue instalado un punto de revisión de marinos, soldados y policías del estado, quienes mantienen resguardo de esta población de la Tierra Caliente.

Tras la masacre ocurrida el miércoles pasado, la peor que ocurre en México en lo que va de este año, provocó el cierre de negocios y la suspensión de clases en todos los niveles, desde preescolar hasta el bachillerato.