• El responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Jesús González, dijo que “soy hombre de fe y le pido a Dios que se arrepientan”
  • Explicó que “hay intereses, fuerzas internacionales que obligan a los países pobres como México a que si no firmas, te quitan ayudas o te castigan”

Redacción

Ante la posibilidad de que este miércoles sea aprobada por el Congreso del Estado la iniciativa presentada por diputadas de Morena para despenalizar el aborto, el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Jesús González Hernández, consideró que los legisladores que la aprueben serán “ingratos y pecadores”.

“Ojalá y se arrepientan. Soy hombre de fe y le pido a Dios que se arrepientan, no sé por qué lo hacen. Sabemos hasta por la ciencia que (el feto) es un ser humano y no se le puede quitar la vida a un ser humano, y menos ya que se llegue a ley para que se pueda fácilmente y no sientas ningún remordimiento ni ante la ley de Dios ni ante la ley de la tierra”, explicó el prelado.

Monseñor González Hernández explicó que los diputados pretenden aprobar la despenalización del aborto “porque hay intereses, fuerzas internacionales que obligan a los países pobres como México a que si no firmas, te quitan ayudas o te castigan”.

—Pero, ¿qué tipo de ayuda?

—Económicas, millonadas seguramente que llegan a México.

—O sea, ¿usted cree que si se aprueba la legalización del aborto, el miércoles van a llegar millones del extranjero a México?

—Pues yo creo que ya están y ahora están endrogados, yo pienso que ya llegaron y ahora tienen que cumplir. Las mujeres buscan este derecho porque incluso hay niñas que son violadas y que se ven obligadas a tener un hijo, pues fueron mal aconsejadas, mal aconsejadas desde los más cercanos, a veces desde la propia madre.

—¿Y si son violadas?

— Igual, se puede llegar a perdonar con las terapias, con consejos, decirles que es más valioso el ser que lleva en su seno a lo que le obligó, a la violación o al bandido, al monstruo si tú quieres, pero es más valioso ella y el bebé que a todo el resto, y levantas a una mujer, de otra manera la destruyes.